¿Por qué se hunde la banca europea en Bolsa?

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¿Por qué se hunde la banca europea en Bolsa?

Sede del Deutsche Bank

A diferencia de la aguda crisis de 2008, las entidades se ven afectadas ahora por una crisis ‘crónica’ de rentabilidad. El sector bancario volvió a vivir una jornada negra en Bolsa el lunes. Deutsche Bank se desplomó un 10% entre dudas sobre su solvencia y cae ya un 40% en lo que va de año, mientras que otras entidades como Barclays, BNP Paribas, UniCredit o los españoles Santander y BBVA registraron descensos superiores al 5%, mucho peores que los del mercado.

¿Pero por qué es tan mala la racha de los bancos europeos? A esta pregunta intenta dar respuesta The Wall Street Journal, que señala que los temores generales sobre las deudas impagables relacionadas con el desplome en los precios de la energía no explican la caída del 20% que acumula el sector en Bolsa.

En realidad, los bancos no se enfrentan a una crisis aguda como sí ocurrió en 2008. La situación, sin embargo, podría ser incluso más peligrosa: una crisis ‘crónica’ de rentabilidad que convierte en una tarea casi imposible para la banca construir bases de capital adecuadas. El regulador europeo, dependiente del BCE ya ha avisado de que la rentabilidad del negocio será el riesgo sistémico clave para 2016.

El actual escenario de bajos tipos de interés daña los márgenes de los bancos, sobre todo cuando el mercado da por hecho que la política monetaria laxa está aquí para quedarse. El problema, tal y como explicó el pasado lunes el presidente de AEB, José María Roldán, radica en que la curva de tipos se ha aplanado: el negocio bancario tradicional se basa en pedir prestado a corto plazo para prestar a largo plazo, beneficiándose de los diferenciales de tipos. Sin embargo, actualmente unos y otros son muy similares, habiéndose reducido sensiblemente el diferencial en los últimos meses.

Además, la tasa de depósitos negativa podría tener otro efecto perverso si los bancos comienzan a cobrar más por los préstamos moviéndose en contra de la dirección de la política del BCE. Esta tasa negativa obliga a los bancos a pagar por poner sus fondos en el banco central, pero hasta el momento no se han atrevido a traspasar ese coste a sus propios depositantes. Por el contrario, podrían encarecer los préstamos.

La mayoría de los bancos de la eurozona tienen suficiente capital. Sin embargo, muchos también tienen que seguir aumentando sus colchones para cumplir con los requisitos de Basilea III que entrarán en vigor en 2019. Sin la recuperación económica, estas entidades no cumplirán estos objetivos.

Asimismo, si bajan cerca de sus necesidades mínimas de capital, los reguladores pondrán coto no sólo al pago de dividendos, sino también a los cupones de los bonos subordinados que cuentan como capital, entre ellos los denominados AT1 o CoCos. Esta es la razón por la que el castigo no se limita a la Bolsa, sino que también la deuda bancaria está siendo golpeada.

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