Endesa echa el cierre a una de sus centrales en Barcelona

Energía

Endesa echa el cierre a una de sus centrales en Barcelona

Sede de Endesa

La filial de Enel reconoce que la gran mayoría de los equipos de la planta de ciclo combinado de Foix “están obsoletos” después de 30 años de funcionamiento sin recambio. Endesa ya tiene todo listo para echar el cierre a una de sus centrales de generación eléctrica. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) acaba de dar el visto bueno a la filial de la italiana Enel para que apague los motores de su central térmica de Foix, en el término del municipio barcelonés de Cubellas.

La compañía eléctrica había solicitado ya permiso para cerrar la central en mayo del año pasado. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando la presidida por Borja Prado ha conseguido todos las autorizaciones e informes pertinentes para poder proceder a la clausura de esta planta “en situación de baja utilización”, según ha justificado.

El operador del sistema eléctrico nacional, Red Eléctrica de España (REE), había emitido un informe en el que concluía que el cierre de Foix no supondría una “incidencia significativa” en la seguridad del mismo y que tampoco parecía amenazar con mermar la “garantía de suministro”. Unos argumentos que ya había señalado en un estudio previo la Dirección General de Energía, Minas y Seguridad Industrial de la Generalitat de Cataluña.

A partir de este miércoles, Endesa cuenta con un periodo de tres meses para proceder al cierre de la central térmica de ciclo combinado. De no hacerlo en este plazo, la autorización caducaría y debería recomenzar otra vez todos los trámites administrativos para cumplir con su objetivo. Si procede finalmente a la clausura de la planta, deberá desmantelarla parcialmente antes de que se cumplan cuatro años desde esta resolución de luz verde.

Desde la filial de Enel justifican su decisión en que la central había pasado de una fuerte utilización desde el momento mismo de su puesta en marcha a una “situación de baja utilización” a consecuencia del encarecimiento en el precio del combustible que requiere esta técnica de generación eléctrica unido a “la puesta en funcionamiento de otras instalaciones de generación de mejor rendimiento”, se recoge en un comunicado al respecto.

A pesar de que la planta seguía funcionando en la actualidad, Endesa ha reconocido que la gran mayoría de sus equipos y en especial los sistemas eléctricos y de control, “están obsoletos” después de 30 años de funcionamiento sin recambio. Una situación que se debe a que ya “no se encuentran repuestos en el mercado para su sustitución”, según la versión aportada por la energética.

Un desfase que si bien parece recomendar el cierre de la central, no impide que la propia compañía haya anunciado que prevé la venta de equipos e instalaciones cuya reutilización por el grupo no esté previsto en un plazo no superior al año y medio. Empieza pues el desmantelamiento de una planta de generación que fue puesta en marcha en 1979 y que contaba con una potencia instalada neta de 506 megavatios a base de gas natural o fuelóleo.

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