Los títulos de Bankia se apuntaban este miércoles un retroceso mayor del 2% en el parqué en una sesión en que tendría que haber celebrado un consejo de administración tras el que anunciar su plan definitivo de saneamiento. Ante este escenario, los inversores castigaban el valor a los últimos puestos del Ibex 35, muy por detrás del resto de sus compañeros de sector.
La celebración de este consejo hubiera coincidido con la comparecencia del ministro de Economía, Luis de Guindos, en la Comisión su departamento en el Congreso. Una presentación en la que, entre otros puntos del orden del día destacan “las medidas que tiene previstas el Gobierno en relación con Bankia” y “la posición del Gobierno sobre el plan de rescate de Bankia”. Motivos que, según algunos expertos, desaconsejaban la reunión de la mesa de decisiones de la entidad nacionalizada y la posterior comunicación a los medios de conclusiones a la vez que el ministro hubiese compadecido ante la comisión económica.
Por el momento, la entidad que ahora preside José Ignacio Goirigolzarri cuenta con tiempo hasta el próximo 11 de junio para presentar sus planes de saneamiento y reestructuración. Sin embargo, un nuevo aplazamiento en el calendario de la entidad -como los ya ocurridos en la presentación de los resultados de 2011- han vuelto a penalizar su cotización. En lo que va de este accidentado año, Bankia ha perdido ya un 54% de su valor bursátil.
Algunas fuentes próximas a la entidad nacionalizada citadas por diversos medios de comunicación van más allá y señalan como causa del retraso en la celebración del consejo a desavenencias entre la cúpula de Goirigolzarri y el gabinete de Luis de Guindos. Mientras que el exconsejero delegado de BBVA podría haber solicitado una inyección de hasta 15.000 millones de euros para afrontar con holgura los saneamientos pendientes para este ejercicio y para los próximos, desde el Ministerio de Economía parecen estar dispuestos a soltar por el momento un máximo de 10.000 millones, siempre según estas fuentes.
En los primeros compases de la negociación, los brókeres que más volumen de ventas acumulaban eran los de Banco Espirito Santo, Mercavalor y Morgan Stanley. En el lado opuesto de la ventanilla, las compras las copaban los gestores de Bankia Bolsa -en un intento de la entidad por mantener a flote su cotización, según algunos analistas-, seguido a larga distancia por Sabadell y Banco Português de Investimento, ambos con un saldo neto comprador tres veces inferior al de la propia Bankia.
