Los problemas financieros de Florentino Pérez castigan a Iberdrola

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Los problemas financieros de Florentino Pérez castigan a Iberdrola

ACS, la constructora presidida por Florentino Pérez, se ha visto obligada por sus problemas financieros y la presión de sus bancos acreedores a vender un 3,69% de su participación en Iberdrola. La urgencia por cerrar la venta se ha saldado con un descuento del 7% frente al precio de cierre de ayer lunes, lo que ha provocado hoy descensos de más del 8% en la eléctrica. Además, algunos analistas temen que éste sea solo el principio de un proceso de desinversiones desordenadas.

El informe más concreto en cuanto a la posibilidad de que el de hoy haya sido solo el primer capítulo de una larga serie que seguiría presionando a la baja la cotización de Iberdrola es el de los expertos de Nomura. Los gestores del banco japonés se plantean “qué sentido tiene mantener un 15% en la empresa sin poder consolidar sus cuentas en balance”. A lo que se suma que la apuesta de Iberdrola por el pago en acciones de su dividendo desembocará en una continua dilución de su participación que, lógicamente, alejará cada vez más el objetivo que desde hace tiempo ACS persigue en la eléctrica con su participación: un asiento en el consejo.

En este mismo sentido, diversas casas de análisis internacional, así como varios gestores del parqué madrileño consultados por este diario señalan hacia un único motivo para la venta de este paquete accionarial en Iberdrola: las exigencias de los bancos acreedores de ACS y las repetidas quejas de algunos de sus accionistas de referencia.

Dos puntos que invitan a pensar a muchos expertos en que Florentino esté preparando más carteles de ‘se vende’ para su participación en la eléctrica, una posibilidad que ha calado hondo en el parqué y ha provocado el desplome de la presidida por Ignacio Sánchez Galán y, por efecto dominó, el de la propia ACS. Una hipótesis que, de confirmarse impediría la recuperación bursátil de Iberdrola y, en consecuencia, de la propia constructora.

Desde el neoyorquino JP Morgan afirman estar “sorprendidos” por cómo se ha llevado a cabo la venta en un momento en que la eléctrica, donde Florentino aún mantendrá una participación de casi el 15%, encadena varios tramos bajistas a causa de la incertidumbre que aún rodea el marco regulatorio del sector energético en España. Un postulado con el que coinciden los franceses de Chevreux-Crédit Agricole al apuntar sin rodeos que “los bancos están presionando” a la constructora y que lo seguirán haciendo.

Ambos factores sugieren a los neoyorquinos que “ACS se ha visto forzado a vender la participación”, probablemente para cubrir los márgenes de los préstamos que han financiado la sucesiva toma de posiciones de Pérez en Iberdrola. Una posición, hasta ayer del 18%, muchas veces incrementada a través de costosos derivados que no han brindado al presidente de la constructora el anhelado puesto directivo en el consejo de administración de la energética.

A este respecto, desde Bank of America-Merrill Lynch destacan que poco o nada se conoce de las garantías que la constructora debe aportar en estrecha relación con la evolución bursátil de Iberdrola, con lo que la incertidumbre sobre los próximos movimientos de ACS es aún mayor. Desde Credit Suisse, el analista Robert Crimes apuntaba hace solo una semana que la de Florentino Pérez debía aportar garantías adicionales de hasta 422 millones de euros por cada 0,5 euros que la eléctrica perdiese por debajo de la cota de los 4 euros por título.

Otros de los bancos de inversión que han mostrado su desconcierto con la venta de ACS y han apuntado a la presión de los acreedores como motor principal de este movimiento son Banco Português de Investimento, Banco Espírito Santo, Nomura. Incluso el francés Natixis, socio tradicional de Florentino Pérez en algunas operaciones a través de los citados derivados, apunta que “ACS está experimentando problemas de refinanciación” y que la operación generará “una pérdida importante en las cuentas de la constructora”. Pérdidas que desde ACS se han cuantificado en 540 millones de euros por minusvalías; causadas, según ha señalado un gestor bursátil “por las prisas propias de cualquier inversor que necesita liquidez cuanto antes para saldar sus deudas”.

Los expertos perfilan de este modo unas perspectivas muy lejanas a las ofrecidas por la versión oficial de ACS. Desde las filas de la cotizada se habla de que los 798 millones de euros conseguidos en una operación para la que no prevén más ediciones ha llegado por incitativa propia, aunque eso sí, con el objetivo de reducir la abultada deuda del grupo constructor y robustecer su liquidez. Un endeudamiento que según los cálculos de algunos analistas podría rondar los 13.500 millones de euros, al incluir los créditos asociados a algunos de sus activos en venta que siguen sin encontrar comprador.

Una cifra en la que, según los expertos, los esfuerzos de Florentino por engordar su cartera con acciones de Iberdrola parece tener mucho que decir. Algunos de los informes publicados hoy al respecto hablan de unos 4.962 millones de euros, esto es, una cifra que se sitúa por encima de lo que vale actualmente la participación de ACS en Iberdrola a precios de mercado.

Todo este panorama, agitado por unos bancos cada vez más reacios a soportar el alto apalancamiento de algunas cotizadas españolas, también parece haber disparado a máximos la tensión entre el presidente de la constructora y algunos de sus accionistas mayoritarios. Unos inversores entre los que se encuentran Corporación Financiera Alba -el brazo inversor de los banqueros mallorquines March- y los primos Alberto Cortina y Alberto Alcocer, con un 18,305% y un 13,86% de ACS respectivamente. Todos ellos, según los mentideros financieros, reacios desde hace tiempo a mantener una participación tan costosa en Iberdrola -a causa de las citadas condiciones crediticias- sin obtener poder ejecutivo alguno, un punto al que ya señaló este diario.

La operación

La colocación acelerada ordenada hoy por ACS, igual a la que empleó Bankia hace semanas para despedirse de su participación en BME, se ha saldado a un precio de 3,62 euros por título de Iberdrola y en ella han actuado como colocadores Société Générale y UBS, el bróker tradicional de Florentino Pérez. Ahora los analistas, además de esperar más desinversiones, ya especulan por cuánto le saldrá a ACS (-6%) el nuevo desplome que ella misma ha provocado en su participada. Y lo peor es que podría no ser el último.

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