La enésima ampliación del ‘QE japonés’ dispara hacia las constructoras

Japón

La enésima ampliación del ‘QE japonés’ dispara hacia las constructoras

Shinzo Abe, primer ministro de Japón

El gobierno de Shinzo Abe ha reservado una importante cuota de los nuevos fondos de estímulos a los gobiernos locales para reforzar la red ferroviaria y los puertos marítimos. La nueva ampliación del programa de estímulos de Japón no tiene prevista parada para compras directas en Bolsa, pero sí hay un sector al que su puesta en marcha apunta con claridad: las constructoras. La enésima enmienda a la hoja de ruta para la economía nipona destinará un 84% de fondos al desarrollo de nuevas infraestructuras en el país.
 
El nuevo redoble para apoyar el quebradizo reflorecimiento de la economía japonesa ya tiene el visto bueno del Parlamento del país. En total, se ponen sobre la mesa otros 3,29 billones de yenes, unos 28.752 millones de euros al cambio de divisas, de los que 2,75 billones se conseguirán con el lanzamiento de bonos de construcción para financiar el gasto en infraestructuras que el Gobierno del primer ministro Shinzo Abe tiene previsto para engordar el negocio de un sector que ha sufrido en primera línea la contracción del gasto público en todo el mundo a lo largo de los últimos años.
 
Con esta ampliación de fondos, la segunda que se da sobre la partida inicialmente prevista en los presupuestos originales, Japón eleva su gasto anual a más de 100.000 billones de yenes por primera vez en los últimos tres años, lo que vuelve a dejar en evidencia el efecto de las políticas conocidas como Abenomics para potenciar el crecimiento económico sin abultar el problema de la más elevada carga de déficit de entre los países industrializados del mundo.
 
Una partida importante del presupuesto que se ha ganado el apoyo del Parlamento japonés irá destinada a la mejora de la red ferroviaria del país y el refuerzo de zonas portuarias, sobre todo aquellas más proclives a sufrir desastres naturales. En este sentido, el negocio que se avecina para las firmas dedicadas a estas labores supone un estímulo más que oportuno para la toma de posiciones en el sector, según señalan casas de análisis del país asiático.
 
La lluvia de millones, sin embargo, podría ir mucho más allá de los grandes nombres de la poblada Bolsa de Tokio, pues se ha previsto que sean las autoridades locales quienes dispongan también de una partida relevante de presupuesto para profundizar en esta mejora de infraestructuras. Una iniciativa con la que Abe y su equipo han querido suavizar posturas de cara a la negociación interna para conseguir luz verde de la Cámara al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP por sus siglas en inglés), que tiene su punto fuerte en el establecimiento en práctica del libre comercio con EEUU.
 
Este punto, y más concretamente la incertidumbre que pudiera generar en cuanto a las condiciones finales que establezca el mismo para el comercio transpacífico, es el que podría generar más volatilidad en el parqué tokiota a medio plazo. El objetivo del equipo de Abe es conseguir que la actual sesión parlamentaria, que llegará a su fin el 30 de noviembre, apruebe lo antes posible el acuerdo, de este modo, en la sesión transitoria del Congreso de EEUU posterior a las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre.

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