Wall Street se pone a tiro de la bazuca de Draghi con aluvión de bonos en euros

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Wall Street se pone a tiro de la bazuca de Draghi con aluvión de bonos en euros

Placa de Wall Street

Las especificaciones que el presidente del BCE realizó la semana pasada para su programa de compra de bonos corporativos promete una nueva avalancha de ‘yanquis inversos’ este año. Las cotizadas estadounidenses no dejan de tentar al Banco Central Europeo (BCE) para un escarceo comprador a la otra orilla del Atlántico. Cada vez son más las empresas de Wall Street que se lanzan a emitir bonos en euros con la esperanza de que Draghi y su equipo incluyan en su cesta de posibles adquisiciones estos papeles corporativos.

El clima de incertidumbre que se había desatado en los primeros meses del año había frenado una tendencia a la que pocas lograron resistirse en 2015. La confirmación de la semana pasada del BCE a su programa de estímulos al más puro estilo del Quantitative Easing de la Fed ha hecho posible la reapertura de las emisiones de bonos en euros por parte de compañías cotizadas norteamericanas

La última en apuntarse a este práctica o, según se mire, pionera en la reapertura de un calendario de emisiones que se las vuelve a prometer agitado ha sido McDonald’s. La cadena de hamburgueserías ha lanzado un programa no una sino tres series de bonos corporativos a cuatro, siete y 12 años de vencimiento por un importe conjunto de 2.500 millones de euros, según adelantaba ya Financial Times antes del cierre de libros. La bazuca de Draghi ha vuelto a hacer su efecto y más allá del importe adjudicado, equivalente a unos 2.211 millones de euros.

Más allá de los bajos tipos de interés que los inversores han exigido para hacerse con estos papeles: 0,51%, 1,06% y 1,89% respectivamente, la inventora del Big Mac ha recibido solicitudes por más de 14.000 millones de dólares, unos 12.381 millones de euros al cambio de divisas, tal y como recogen el rotativo británico y la agencia Reuters.

Esto ha sido posible gracias a las especificaciones que el mismo Draghi hizo sobre el programa de compras del BCE tras la reunión de su consejo de gobierno esta última semana. El italiano explicó que las adquisiciones del banco central podrían ir más allá de las fronteras de la Eurozona, ya que cabía la posibilidad de adquirir títulos corporativos de deuda denominados en euros aun cuando su compañía emisora o la matriz de su grupo no tuviera su domicilio social en territorio de la moneda única europea.

Hasta la fecha, las emisiones estadounidenses en euros no contaban con este respaldo, sino que su proliferación se debía a motivos más endebles. En primer lugar, la búsqueda de los inversores en renta fija denominada en euros de papeles con solvencia pero rendimientos más elevados que los que marcaban los bonos soberanos. En segundo lugar, por las expectativas luego confirmadas de un programa de estímulos cada vez más ambicioso a imagen del que tímidamente va replegando ya la Reserva Federal bajo la batuta de Janet Yellen.

La proliferación de esta tipología de papeles a lo largo del pasado ejercicio fue tan notable que los gestores de carteras acuñaron el término reverse yankees (yanquis inversos) para referirse a ellos. Estos bonos acumularon 57.000 millones de euros de los 253.000 millones colocados en los mercados mayoristas del Viejo Continente, lo que supone el mayor peso de la industria para las emisiones con origen estadounidense, según datos de IFR.

En lo que va de año, ya se han emitido 33.300 millones de euros en ‘yanquis inversos’ en unos mercados que han visto la adjudicación de un total de 104.300 millones. Una cifra que McDonald’s ha sido la última en engordar hasta la fecha de la mano de Citigroup, JP Morgan, Unicredito y Société Générale, que han participado en la búsqueda de inversores con apetito a baja rentabilidad por los papeles de la hamburguesería.

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