Venezuela se acerca a la quiebra como nunca antes en la historia del chavismo

Petróleo

Venezuela se acerca a la quiebra como nunca antes en la historia del chavismo

Nicolás Maduro, presidente de Veneuela

Los bonos del país caribeño marcan máximos de rentabilidad desde el año 1998 mientras la probabilidad de impago se cotiza al 93% y el petróleo sigue hundiéndose. Venezuela no se enfrentaba a una situación económica tan adversa desde hace 16 años. En otras palabras, la probabilidad de que el país caribeño entrase en quiebra por impago de deuda no había sido tan abultada en toda la historia del chavismo. Ni siquiera el plan de ajuste urgente del presidente Maduro ha logrado poner distancia con el abismo financiero.

Los bonos soberanos venezolanos, emitidos en dólares estadounidenses, no cotizaban a rentabilidades tan altas desde septiembre de 1998. Desde entonces no se vendían tan baratos en el mercado secundario de renta fija, pues el precio de estos títulos se mueve proporcionalmente a la inversa de los rendimientos que generan. Esta última semana, los seguros contra el impago de Caracas en los próximos cinco años se encarecieron hasta el 59% de la deuda asegurada.

Estos CDS, como se los conoce por las siglas en inglés de credit default swaps, marcan hoy por hoy una probabilidad de quiebra del 93% para Venezuela. Un umbral que no encuentra parangón en ningún otro país del mundo, según cifras de los mercados internacionales de deuda recopilados por varias agencias de información financiera. Situación insólita también en toda la historia reciente del país latinoamericano a cuya presidencia accedió Hugo Chávez en febrero del año 1999.

Son varias las circunstancias con las que lidia la economía venezolana a las que los expertos atribuyen estas insólitas circunstancias. Si bien es cierto que los dirigentes políticos del chavismo han hecho tambalear los mercados en muchas ocasiones con sus decisiones monetarias, empresariales y financieras, otros factores externos han conformado ahora un explosivo cóctel que ha terminado por conjurarse como tormenta perfecta en los mercados. Por no hablar, además, del inestable escenario geopolítico que con crudeza ha sacudido las plazas de negociación en los últimos meses.

En el caso de Venezuela, ha sido el descalabro de los precios del petróleo el responsable del gran empujón hacia el borde del abismo que ha sufrido la economía del país caribeño. El temor unido a evidencias de ralentización en el ritmo esperado para la recuperación económica se ha encontrado con el uso masivo y creciente de la técnica del fracking en EEUU y otros países que hasta ahora tenían que buscar el ‘oro negro’ fuera de sus fronteras. Dos factores que desde principios de año habían presionado con fuerza y sin descanso el precio del crudo.

Un progresivo retroceso de precios que ya había puesto sobre aviso a las autoridades de la nación latinoamericana que es, junto con Ecuador, único miembro en su entorno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). No obstante, la reciente decisión de esta institución de mantener sus cuotas de bombeo de pozos contra todo pronóstico y bajo los auspicios de Arabia Saudí, hizo saltar todas las alarmas tanto dentro como fuera del Ministerio del Poder Popular para la Economía, Finanzas y Banca Pública, cartera que desde el año 2011 dirige el chavista Rodolfo Clemente Marco Torres.

Por si fuera poco, la vertical caída del precio del barril de petróleo comprometiendo incluso el umbral de los 50 dólares, ha llegado en un momento en el que las arcas públicas venezolanas estaban ya resentidas. Las reservas de divisas del país estaban en 21,5 millones de dólares, el volumen más bajo de la última década. Y, puesto que la principal vía de ingresos en moneda extranjera de Venezuela es la venta de petróleo y que sus bonos soberanos pagan a sus tenedores en dólares, los cálculos dejaron en evidencia la debilidad de una economía que la población lleva tiempo sufriendo a fuerza de racionamiento y cortes de suministro incluso de bienes de primera necesidad.

Los cálculos de algunos expertos cuantificaron que la caja fuerte controlada por Nicolás Maduro tan sólo sería suficiente a los precios actuales del petróleo para hacer frente a un 40% de los compromisos de pago de deuda de los próximos cinco años. Y, en el mejor de los casos. Algo que se explica perfectamente al considerar que, según las cifras que se barajan en el mercado, frente a los casi 60 dólares por barril de crudo que los inversores están dispuestos a pagar actualmente, el llenado de cada uno de estos barriles le cuesta al país atlántico unos 117,50 dólares de media.

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