Es el tercer alto cargo de la compañía gaditana que abandona su puesto. Mientras, PwC sigue revisando las cuentas que hace ya dos meses puso en tela de juicio. La cúpula directiva de Carbures vuelve a perder a otro de sus miembros más insignes. El hasta ahora consejero y vicepresidente económico de la compañía, Juan Juárez, ha presentado su dimisión a todos los cargos que detentaba en la gaditana. Es ya la tercera renuncia desde que PwC puso en duda las cifras operativas de la cotizada.
Cuando están a punto de cumplirse dos meses de la suspensión de Carbures en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) otra renuncia golpea la credibilidad de la compañía. El hasta ahora responsable de las finanzas de la fabricante de estructuras de carbono sigue los pasos que en su día llevaron la secretaria del consejo de administración, Cristina Romero, y el consejero delegado Rafael Contreras.
Mientras tanto, se sigue esperando un dictamen definitivo de la auditora PwC en torno a las cuentas de la compañía de los últimos años. El nuevo hombre fuerte de la compañía, José María Tarragó, se queda cada vez más solo al frente de una firma que se contaba entre las mejores del MAB y que, de hecho, estaba preparando su salto al Mercado Continuo cuando saltaron las alarmas en torno a algunos apuntes financieros.
La compañía ha obrado al igual que cuando PwC advirtió de las dudas: hecho relevante remitido a los supervisores del parqué en el que sigue suspendido de negociación. La firma auditora, una de las cuatro grandes de esta industria a escala global, ha puesto en duda la consideración como terceros de algunos clientes de la cotizada “a la luz de determinada información adicional que ha llegado a su conocimiento acerca del carácter de la relación de la matriz” con estas sociedades.
Llegado el caso de que la auditora no reconozca a las sociedades como independientes aunque relacionadas y considere que se trata de apéndices del grupo gaditano, el impacto sobre las cuentas del ejercicio 2013 podría ascender a 11,5 millones de euros de facturación que dejarían de tener esta condición. Un importe que se traduciría en la volatilización de nada menos que 9 millones de euros de su resultado operativo antes de impuestos o Ebitda. Y la revisión de cuentas podría extenderse tanto hacia atrás como hacia el balance del presente ejercicio.
