Abengoa y Gamesa repliegan posiciones y ceden el tiempo alcista de sus gráficas a Solaria. La fotovoltaica sube con fuerza después de haber sufrido las ampliaciones de Société Générale.
Los expertos coinciden. Ha llegado el momento de que las grandes renovables del Ibex 35 se tomen un respiro tras las alzas de las últimas semanas. Un movimiento del que saca partido la más modesta Solaria, que se apunta alzas de casi el 8% en la sesión de este martes en que coronaba el Continuo mientras que Abengoa (-2%) volvía a caer.
En los cruces más optimistas de la sesión, cada una de las acciones de Solaria ha llegado a pagarse a 1,02 euros. Un umbral que además de no haber visitado desde principios de mes supone rebasar la cota del euro por acción que marca la frontera con las llamadas penny stocks, aquellas compañías con precios por debajo del euro por título que suelen concentrar las apuestas más especulativas y cortoplacistas del mercado debido a su elevada volatilidad.
Aunque Solaria acumula una revalorización de más del 27% en lo que va de año, su gráfica había sufrido una drástica corrección de la que comienza a reponerse gracias a un rebalanceo de carteras. Los inversores abandonan las grandes del sector para hacer caja con su sostenido rebote, mientras aprovechan para comprar barato en la fotovoltaica, que recientemente ha sufrido el golpe de dos ampliaciones de capital a favor de Société Générale.
El banco francés se ha convertido en la piedra angular del reflote financiero de la compañía. Tras una amplia reestructuración de capitales y negocios, la entidad ha entrado como socio de la renovable a través del denominado programa ‘Paceo’. En virtud de este pacto, los galos tienen la capacidad para hacerse con 9,9 millones de acciones del grupo representativas de un 9,9% del capital de la cotizada en un plazo de tres años. No obstante, será la cotizada española la que tenga la iniciativa de ir abriendo las sucesivas ampliaciones de capital.
Al ecuador de la sesión de este lunes, el volumen de negociación en Solaria se situaba ya en línea con su registro habitual para una sesión completa, con cerca de 400.000 títulos. CaixaBank se colocaba al frente de las operaciones de compra, mientras que las ventas las lideraban las mesas de Merrill Lynch.
