El ‘caso Gürtel’ y la crisis económica copan las portadas, e

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El ‘caso Gürtel’ y la crisis económica copan las portadas, e

El ‘caso Gürtel’ y la crisis económica copan las portadas, en las que también ocupan un lugar destacado las informaciones sobre el atunero vasco secuestrado el pasado viernes por piratas somalíes. Sobre este rapto, a El Mundo no le gustan las críticas al Ejecutivo que ha lanzando el presidente del PP y hace notar que “dado que el Gobierno ha actuado con celeridad y coordinación, las manifestaciones de Rajoy responsabilizándole del secuestro del atunero por no haber sido capaz de ‘prevenir’ esa situación se antojan injustas” y Pedrojota recuerda al líder de la oposición que “en la práctica resulta absolutamente imposible controlar zonas tan vastas y remotas, y de hecho, muchos países han pasado ya por el mismo trance que España”.

Sobre la trama corrupta hay nuevas informaciones El Mundo y El País, mientras que Público lleva a su primera una encuesta de la que se desprende que el 45% de los ciudadanos pide la cabeza de Camps. Las novedades que publica el diario de Prisa, a cuenta del informe elaborado por la brigada antiblanqueo, hacen notar que la Policía indica que las constructoras que supuestamente financiaron al PP en la Comunidad valenciana recibieron hasta 800 millones en contratos de la Generalitat y se señala que la más beneficiada fue Sedesa “el grupo empresarial que dirige Vicente Cotino, sobrino del vicepresidente tercero del Gobierno valenciano, Juan Cotino- que recibió un total de 539 millones de euros en adjudicaciones”. Mientras en el mundo Casimiro García-Abadillo asegura que “dos vicepresidentes de Camps, Víctor Campos y Vicente Rambla mediaron a favor de El Bigotes”, lo que hace que nuevamente Pedrojota inste a Camps a“ explicar su imprudencia de fraternizar con El Bigotes” así como a que depure o asuma responsabilidades.

Y mientras La Razón publica un encuesta que concluye que el PP ganaría si hoy se celebraran elecciones generales, El País vuelve a poner su granito de arena para aumentar el desprestigio de la política económica del Gobierno, aprovechando los negros vaticinios que pinta el FMI para España.

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