Hace unos meses, cuando apareció por ahí una foto de Bowie paseando por Nueva York, volvieron los rumores sobre la mala salud del cantante. Ese runrún persistente que se ha escuchado en el mundo de la música desde que el gran David dejó los escenarios en 2006.
Entonces, Tony Visconti, su viejo amigo y productor de sus mejores álbumes hizo múltiples declaraciones a la prensa para explicar que el cantante estaba bien, que los dos se veían mucho y que hablaban de los viejos tiempos.
Hoy hemos sabido que en estas reuniones hacían algo más. Preparaban un álbum que está a punto de salir al mercado y del que hemos conocido, en coincidencia con el cumpleaños de David, un adelanto en forma de single.
Todo muy medido. Una de esas grandes operaciones comerciales que siempre han acompañado los lanzamientos de Bowie. Parece que 2013 será su gran año. Disco, gira, nueva web, exposición y lanzamientos exclusivos en iTunes.
Y sin que se haya producido la más mínima filtración anticipada, ni se haya escuchado una sola nota en la web antes de tiempo. Lo dicho, una nueva lección de Visconti y Bowie, dos buenos amigos, listos como nadie para ganar dinero con el negocio de la música, incluso en estos tiempos difíciles.
