Más de 42.000 especies están en riesgo de extinción en el planeta, nuevo récord

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Más de 42.000 especies están en riesgo de extinción en el planeta, nuevo récord

Las actividades humanas devastan las especies marinas, desde mamíferos a corales, según la Lista Roja de la UICN.

El coral pilar está ahora catalogado como especie 'en peligro crítico' de extinción | Foto: Francoise Cabada-Blanco

El coral pilar está ahora catalogado como especie 'en peligro crítico' de extinción | Foto: Francoise Cabada-Blanco

Un total de 42.108 especies están amenazadas de extinción en la Tierra, según la última actualización de la ‘Lista Roja de Especies Amenazadas’ de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), que es la fuente de información más completa sobre el estado global de conservación de la fauna y la flora en el planeta.

Este listado se basa en un sistema objetivo para valorar los riesgos de extinción de una especie, establece las medidas de conservación que se deben tomar y cataloga las especies en alguna de las siguientes categorías, de mayor a menor grado de riesgo: ‘extinta’, ‘extinta en estado silvestre’, ‘en peligro crítico’, ‘en peligro’, ‘vulnerable’, ‘casi amenazada’ y ‘preocupación menor’.

La última edición de la Lista Roja alcanza un nuevo récord al incluir 42.108 en ese estado de un total de 150.388 evaluadas. Este listado rebasó por primera vez las 30.000 especies amenazadas en diciembre de 2019 y superó las 40.000 hace un año.

La actualización de este viernes de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN destaca una gran cantidad de amenazas que afectan a las especies marinas, incluida la pesca ilegal e insostenible, la contaminación, el cambio climático y las enfermedades.

Las poblaciones de dugongos – grandes mamíferos marinos herbívoros- y un 44% de todos los abulones (moluscos) se une a las especies amenazadas de extinción en la Lista Roja de la UICN, y el estatus del coral pilar se ha deteriorado a ‘en peligro crítico’ debido a presiones acumuladas.

Más de 1.550 de los 17.903 animales y plantas marinas evaluados se encuentran en peligro de extinción, y el cambio climático afecta al menos al 41% de las especies marinas amenazadas.

“La actualización de hoy de la Lista Roja de la UICN revela una ‘tormenta perfecta’ de actividades humanas insostenibles que diezman la vida marina en todo el planeta. En el momento en que el mundo espera que la conferencia de las Naciones Unidas sobre la diversidad biológica defina el rumbo para un restablecimiento de la naturaleza, simplemente no podemos permitirnos fracasar”, apuntó Bruno Oberle, director general de la UICN.

Oberle añadió al respecto: “Necesitamos urgentemente abordar las crisis interrelacionadas del clima y la biodiversidad con cambios profundos en nuestros sistemas económicos o corremos el riesgo de perder los beneficios cruciales que nos brindan los océanos”.

ABULONES

Las especies de abulones se venden como algunos de los mariscos más caros del mundo. Sus amenazas principales son la recolección y la caza furtiva insostenibles, agravadas por el cambio climático, las enfermedades y la contaminación. Veinte de las 54 especies de abulones del mundo están hoy amenazadas de extinción, según la primera evaluación mundial de estas especies en la Lista Roja.

En Sudáfrica, la caza furtiva por parte de redes criminales -muchas de ellas relacionadas con el tráfico internacional de drogas- ha devastado las poblaciones de abulones perlemoen (Haliotis midae), consideradas como ‘en peligro’.

Unas olas de calor marinas cada vez más frecuentes y severas han causado muertes masivas al matar al 99% de los abulones de Roe (‘Haliotis roei’) en las partes más septentrionales de su área de distribución en Australia Occidental en 2011.

Las olas de calor marinas han exacerbado las enfermedades que afectan a los abulones en todo el mundo y más particularmente al abulón negro (‘H. cracherodii’) -‘en peligro crítico’- en California y México, y a la oreja de mar (‘H. tuberculata’), presente desde el Canal de la Mancha hasta el noroeste de África y el Mediterráneo.

Además, las olas de calor marinas también matan las algas de las que dependen los abulones para alimentarse. La contaminación causada por la escorrentía agrícola e industrial provoca floraciones perjudiciales de algas, que han eliminado el abulón omaní (‘H. mariae’) -en peligro’, una especie comercial que se encuentra en la Península Arábiga, de la mitad de su área de distribución. Unas toxinas como la pintura anti-incrustante de los barcos agotan aún más las poblaciones.

“Los abulones reflejan la desastrosa tutela de nuestros océanos por parte de la humanidad en un microcosmo: sobrepesca, contaminación, enfermedades, pérdida de hábitats, floraciones de algas, calentamiento y acidificación, por nombrar sólo algunas amenazas. Realmente son verdaderos canarios en las minas de carbón”, indicó Howard Peters, miembro del Grupo de Especialistas en Moluscos de la Comisión para la Supervivencia de las Especies de la UICN (CSE-UICN) e investigador asociado de la Universidad de York (Reino Unido), quien dirigió la evaluación de los abulones.

Peters subrayó: “La acción más inmediata que todos podemos tomar es comer sólo abulones de cultivo o de origen sostenible. También es fundamental hacer cumplir las cuotas de pesca y las medidas contra la caza furtiva. Sin embargo, necesitamos también detener los cambios en la química y la temperatura de los océanos para preservar la vida marina, incluidas las especies de abulones, a largo plazo”.

DUGONGOS

Por otro lado, las poblaciones de dugongos en África oriental y Nueva Caledonia han sido respectivamente incluidas en la Lista Roja de la UICN en las categorías ‘en peligro crítico’ y ‘en peligro’. La especie sigue siendo considerada como ‘vulnerable’ a escala mundial.

En la actualidad quedan menos de 250 individuos maduros en África oriental y menos de 900 en Nueva Caledonia.

Las principales amenazas son las capturas no intencionales en aparejos de pesca en África oriental y la caza furtiva en Nueva Caledonia, así como las lesiones causadas por embarcaciones en ambos lugares.

En África oriental, la exploración y producción de petróleo y gas, la pesca de arrastre, la contaminación química y los desarrollos costeros no autorizados dañan y destruyen las praderas marinas de las que dependen los dugongos para su alimentación. La degradación y pérdida de pastos marinos en Nueva Caledonia es el resultado de la escorrentía agrícola, la contaminación causada por la extracción de níquel y el desarrollo costero, así como de los daños causados por el anclaje de embarcaciones. Los impactos del cambio climático representan una amenaza en toda el área de distribución de los dugongos.

“Fortalecer la gobernanza pesquera comunitaria y ampliar las oportunidades de trabajo más allá de la pesca es fundamental en África oriental, donde los ecosistemas marinos son esenciales para la seguridad alimentaria y los medios de vida de las personas”, recalcó Evan Trotzuk, quien dirigió la evaluación de la Lista Roja en África Oriental.

Trotzuk añadió que, “además, la creación de áreas conservadas adicionales en zonas donde viven los dugongos, particularmente alrededor del Parque Nacional del Archipiélago de Bazaruto, también empoderaría a las comunidades locales y otras partes interesadas para encontrar, implementar y beneficiar de soluciones que frenen la disminución a largo plazo de la abundancia de dugongos, así como de la extensión y calidad de las praderas marinas.”

CORAL PILAR

El coral pilar (‘Dendrogyra cylindrus’), que se encuentra en todo el Caribe, desde la península de Yucatán y Florida hasta Trinidad y Tobago, ha pasado de ‘vulnerable’ a ‘en peligro crítico’ en la Lista Roja de la UICN, después de que sus poblaciones se redujeran en más del 80% en la mayor parte de su área de distribución desde 1990.

La amenaza más urgente es la enfermedad de pérdida de tejido coralino, que ha surgido en los últimos cuatro años y es altamente contagiosa, pues ha infectado entre 90 y 100 metros de arrecife por día.

El blanqueamiento causado por el aumento de las temperaturas de la superficie del mar y el exceso de antibióticos, fertilizantes y aguas residuales vertidos en el mar han debilitado a los corales y los han hecho más vulnerables a las enfermedades. La sobrepesca alrededor de los arrecifes de coral ha agotado el número de peces herbívoros, permitiendo que las algas dominen los ecosistemas y ejerciendo aún más presión sobre los corales.

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