Los Estefan ‘traicionan’ al anticastrismo de Miami

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Los Estefan ‘traicionan’ al anticastrismo de Miami

La familia Estefan ha sido hasta hace unos días fiel representante del grupo de artistas que apoyaba al Partido Republicano en su postura anticastrista. Pero ahora que Washington apuesta por la diplomacia cultural en su acercamiento a Cuba, la situación ha cambiado. El negocio de la música latina es suculento y Gloria Estefan fue una de las participantes más sondas en la fiesta que Barack Obama ofreció en la Casa Blanca anoche, una celebración que coincidió con la visita del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.

Cabe recordar el discreto silencio que tanto la cantante como su marido, Emilio Estefan, mantuvieron durante la polémica que rodeó al concierto de Juanes en La Habana. Una postura que hace evidente la necesidad que tienen los músicos de actuar con mucha prudencia ante este asunto para mantener a su público tradicional sin desairar a la industria de la que forman parte.

Y, por si faltaran elementos disuasorios, el colombiano y sus aliados disponen del apoyo directo de Hillary Clinton, la actual secretaria de Estado de EEUU. Una circunstancia que queda patente en la foto que el cantante ha colgado en su web, acompañada por un texto en el que se explica que Juanes no ha dado un sólo paso sin contar con el apoyo de la Administración Obama. Otra razón adicional para que las discográficas, buenas financiadoras del Partido Demócrata como toda la industria audiovisual de EEUU, hayan forzado la neutralidad de los suyos.

Pero esa neutralidad parece encaminada a terminar por acercarse más a las posturas de quienes piensan que Cuba puede suponer todo un revulsivo para la música latina, una industria que mueve miles de millones de dólares y que cuenta con el incentivo de sus usuarios, los que menos descargas de Internet realizan actualmente.

Por esta mina de oro compiten en la actualidad cuatro holdings empresariales, tras un proceso de consolidación vertiginoso. El triunfador, por el momento, es Universal, la firma con la que trabaja Juanes, que el año pasado adquirió la filial discográfica de Univisión para crear un grupo que tiene un 40% de la cuota de mercado total. El 60% que resta está repartido, prácticamente a partes iguales, entre Sony BMG, el antiguo líder que juega en compañía del grupo español Prisa y Emilio Estefan, Emi-Televisa, y Warner Latina.

Pero, los competidores son conscientes de que ahora les toca colaborar para introducir el producto en nuevos mercados potenciales. No se trata de repartirse un pastel decreciente cuyo volumen de facturación suma sólo unos 300 millones de dólares anuales, según la patronal del sector, la temida RIAA. Hay que ampliar estas cifras.

Por eso puede ser positivo que intérpretes cubanos residentes en Miami, como Willy Chirino o la propia Gloria Estefan, vuelvan a actuar en la Isla. En ese sentido, todos los artistas que participaron en el macroconcierto del pasado 20 de septiembre saludaron «con alegría» que Washington concediera la pasada semana un visado al cantautor cubano Pablo Milanés y a la directora de orquesta Zenaida Romeu para actuar en el país.

Milanés, Romeu y Juanes son sólo los últimos exponentes del cambio que viven las relaciones culturales entre ambos países. Pero no los únicos. Y es que los ejecutivos de la industria musical latina ya han encontrado todo un filón en la Isla, para, al menos, dar mayor publicidad a sus productos.

A primeros de agosto, la rapera neoyorquina Lumidee grabó un vídeo en La Habana, otro hecho bastante insólito en los más de cuatro decenios que dura el embargo contra la Isla.

La cantante Nelly Furtado también acaba de grabar un disco en castellano. Algo que no sorprende entre los expertos teniendo en cuenta que, hoy por hoy y con las descargas digitales a la orden del día, los hispanos de EEUU son el gran mercado de estos artistas que aspiran a seguir viviendo de las ventas de sus discos.

La opción por la diplomacia cultural también se ha dejado notar en la fiesta anual de la Sección de Intereses de EEUU en Cuba, donde por primera vez en más de diez años, no se invitó a disidentes cubanos. Los asistentes al evento fueron todos políticos e intelectuales de la Isla.

Algo parecido a lo que sucedió anoche en la Casa Blanca. La fiesta de Obama estuvo marcada por el carácter latino, y la presencia de Gloria Estefan no dejó indiferente a nadie. Mucho más teniendo en cuenta la coincidencia de la reunión entre Zapatero y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que ya abogó por la suavización de las restricciones que aún imperan sobre la Isla.

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