Gazprom aprovecha la posición privilegiada de Repsol en Latinoamérica y España

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Gazprom aprovecha la posición privilegiada de Repsol en Latinoamérica y España

Repsol YPF podría convertirse en la puerta de acceso al mercado de Latinoamérica y España para Gazprom. El presidente de la compañía española, Antonio Brufau, y el consejero delegado de la rusa, Alexei Miller, se han reunido esta semana en Buenos Aires, según han asegurado fuentes oficiales de la compañía española a Americaeconomica.com. Además, Repsol busca una vieja aspiración de la empresa: Rusia.

Ambas compañías firmaron hace unos años un principio de acuerdo para estudiar el posible desarrollo de proyectos conjuntos en el negocio del gas y petróleo en Europa, Latinoamérica y África, además de otros proyectos de gas natural licuado (GNL).

Algunos analistas señalan que con este acuerdo la gasista rusa estaría buscando acceder al negocio de la distribución de gas en la UE y recuerdan que ha buscado entablar relaciones similares con otras grandes empresas energéticas de la región.

Mientras desde la empresa rusa han asegurado en un comunicado que en el encuentro entre Brufau y Miller se ha tratado la participación de la petrolera española en proyectos de gas natural licuado (GNL) en la península rusa de Yamal, así como posibles intercambios de activos.

La compañía rusa ha indicado en su comunicado que podría invitar al grupo español a colaborar en el desarrollo de depósitos de gas y en la construcción de una planta de GNL, en el contexto de las conversaciones que Repsol y Gazprom mantienen desde hace meses.

La reunión de Brufau y Miller se ha producido en Buenos Aires, en la 24º Conferencia Mundial del Gas, un encuentro que reúne a los principales hombres del negocio energético de todo el mundo. Ambas compañías han quedado emplazadas a celebrar el próximo mes de diciembre, al más alto nivel, una nueva ronda de negociaciones.

En su visita a finales del año pasado a Madrid, marcada por la controversia acerca de la entrada de grupos rusos en el capital de Repsol, el vicepresidente del Gobierno de la Federación de Rusia, Alexander Zhukov, citó Yamal como uno de los posibles ámbitos de participación de la petrolera española.

Gazprom, que acaba de obtener licencia para comercializar electricidad en España, anunció unos meses después, un acuerdo con Gas Natural, participada en un 30% por Repsol, sobre el mercado de GNL y el intercambio de gasoductos.

Además, el número uno de Repsol se ha reunido con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el marco de la 24º Conferencia Mundial de Gas. A pesar de la visita relámpago, Brufau ha tenido tiempo para reunirse con los hombres más poderosos del mundo energético.

Mientras Brufau se encuentra en Argentina, el presidente del Grupo Petersen, Enrique Eskenazi, que posee un 15% de YPF, esta en Madrid, donde ha afirmado que si las circunstancias se dan, su intención es seguir adelante con la compra prevista de otro 10% de la filial argentina de Repsol, para alcanzar una participación del 25%.

El empresario argentino apenas ha estado un día y medio en Madrid, pero su paso por la capital española ha dejado a la prensa económica repleta de análisis sobre el futuro corporativo de Repsol YPF. El magnate argentino quiso cerrar su estancia con una emotiva conferencia organizada por la Casa de América, desgranando las líneas maestras de sus principios éticos y convocando a todos los empresarios españoles a participar en su máximo sueño: la unión definitiva entre la Península Ibérica e Iberoamérica.

Pero esto no ha sido todo porque esta ha sido la semana de Repsol YPF. La petrolera hispano argentina ha tomado la delantera en la batalla por el petróleo en aguas cubanas del Golfo de México. Fuentes de la compañía presidida por Antonio Brufau han asegurado a Americaeconomica.com que pronto iniciarán un segundo proyecto de prospección en la zona.

Sin embargo, la compañía no ha fijado una fecha concreta para este nuevo proyecto, ya que las negociaciones para renovar las licencias con el Gobierno cubano “son lentas y es complicado acelerar el proceso”.

En las aguas de esta Zona Económica Exclusiva de la isla ya hay instaladas compañías asiáticas (China, Vietnam o India ya han entrado en el negocio), españolas (Repsol YPF) y latinoamericanas (la venezolana Pdvsa y, más recientemente, el gigante brasileño Petrobras).

El Golfo de México también ha despertado el interés de algunas petroleras estadounidenses que se han unido en los últimos tiempos al lobby antiembargo para intentar que Washington les permita instalarse en una zona muy prometedora, al menos sobre el papel ya que, de momento, el único crudo que puede considerarse rentable en el país caribeño sigue siendo el terrestre.

Un hecho que podría cambiar sólo con la participación de empresas extranjeras que tengan la llave a la financiación, como es el caso de Repsol, que ya llevó a cabo sondeos en la zona en 2004 junto con Cupet, la petrolera estatal cubana.

Los resultados fueron positivos y se encontraron reservas de alta calidad, aunque sin la viabilidad necesaria para comenzar la explotación comercial.

El Servicio Geológico de EEUU estima que las reservas en la zona podrían ascender a 9.300 millones de barriles de petróleo, aunque los geólogos cubanos son más optimistas y elevan esta cifra a los 20.000 millones de barriles, según señaló recientemente el director de exploración de Cupet, Rafael Tenreyro.

Para los expertos del sector, aún queda un largo camino por recorrer para que Cuba puedea convertirse en exportador de petróleo, un negocio que además podría contribuir a cambiar las relaciones del país con EEUU, gran consumidor de energía que cuenta con la ventaja de la cercanía geográfica a la isla.

Según los analistas, Cuba tiene una necesidad de 150.000 barriles diarios, 93.000 de los cuales recibe ahora de su aliado Venezuela. En condiciones normales, y cuando la producción en aguas marinas sea una realidad, un acuerdo de petróleo le daría a Cuba el 40% de la producción.

Eso implica que los nuevos pozos tendrían que producir más de 230.000 barriles diarios sólo para reemplazar la contribución venezolana. Sólo después de eso Cuba puede pensar en exportar petróleo.

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