El vicepresidente de YPF, Enrique Eskenazi, triunfa en Madrid

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El vicepresidente de YPF, Enrique Eskenazi, triunfa en Madrid

El empresario argentino Enrique Eskenazi apenas ha estado un día y medio en Madrid, pero su paso por la capital española ha dejado a la prensa económica repleta de análisis sobre el futuro corporativo de Repsol YPF. El magnate argentino quiso cerrar su estancia con una emotiva conferencia organizada por la Casa de América, desgranando las líneas maestras de sus principios éticos y convocando a todos los empresarios españoles a participar en su máximo sueño: la unión definitiva entre la Península Ibérica e Iberoamérica.

El acto estaba convocado para las ocho de la tarde, y el vicepresidente de YPF se retrasaba. Al igual que muchos de los invitados a la conferencia en el marco del Festival Viva América, que intentaban llegar a la Plaza de Cibeles en medio del caótico tráfico que suele envolver a Madrid cuando llueve.

Los asistentes, con muy pocos periodistas y muchos curiosos que deseaban escuchar al empresario, comenzaban a impacientarse. La expectación era enorme y conforme se acercaba la hora, la sala se llenaba y los fotógrafos tomaban posiciones.

Tres cuartos de hora más tarde hacía su aparición en el impresionante Palacio de Linares Enrique Eskenazi, flanqueado por la organización y el embajador de Argentina en España, Carlos Bettini. Muchos se preguntaban si el presidente de Repsol, Antonio Brufau, estaría haciendo lo propio en su viaje al país latinoamericano. ¿Coincidencia en el cruce de aviones? Muchos de los presentes creen que no.

El silencio se impuso en la sala mientras Carlos de la Morena, responsable de esta tercera edición del Festival, se deshacía en halagos hacia su más ilustre invitado. No es para menos. Eskenazi será el único empresario que participará en estas jornadas culturales, un aspecto que muchos de los asistentes a la conferencia echarán en falta teniendo en cuenta el difícil momento económico por el que atraviesa la economía global.

Pero este era un acto dedicado a la cultura y a las ideas. Y como tal, el ingeniero Eskenazi, como llaman sus nietos al empresario, obvió hacer referencia durante todo su discurso a su participación en YPF y al futuro empresarial de la compañía. Bastante había tenido ya con su intervención por la mañana en los desayunos de TVE, donde dejó titulares como que seguirá adelante con su intención de aumentar su participación en la compañía hasta al menos el 25%.

Aclaró que para la compra del 10,01% adicional de la compañía requerirán financiación bancaria y recordó que para la adquisición del 14,9% de la compañía suscribieron un crédito con algunos de «los más grandes bancos a nivel mundial», como BNP Paribas, Itaú, los bancos mexicanos, Goldman Sachs o Credit Suisse. Adicionalmente, Repsol YPF instrumentó un préstamo de vendedor ‘vendor’s loan’ por un importe de 1.015 millones de dólares.

La compra del 15% de YPF constituyó la operación empresarial privada más importante realizada en Argentina durante los últimos años y ha servido a Repsol para incorporar a un aliado industrial argentino para la filial. La operación incluía una tercera fase que consistía en una próxima oferta pública de venta de acciones (OPV) sobre el 20% de YPF que Repsol parece haber descartado ante la volatilidad de los mercados. Pero los rumores han vuelto a la palestra en las últimas semanas y la incertidumbre sobre el futuro de la filial aún hace mella entre los analistas.

Con estos antecedentes, no es de extrañar que tres de los mayores accionistas de Repsol estuvieran en la primera fila del Salón Bolívar de la Casa de América, escuchando con suma atención sus palabras.

Unas palabras que comenzaron con una rotunda afirmación: “No represento a ningún partido político”. El vicepresidente de YPF sabía bien al público que se enfrentaba. Personas que conocen bien su pasado ligado al Kirchnerismo.

Enrique Eskenazi conoció en a Néstor Kirchner en la década de los 90, durante la gestión del marido de la actual presidenta como gobernador de Santa Cruz (1991-2003). Justo cuando el empresario se interesó en la privatización del banco provincial. En 1998, se quedó con el 51%de la entidad, que administraba entre otros fondos, los casi 600 millones de dólares que la provincia de Santa Cruz giró al exterior por decisión de Kirchner, quien debió repatriarlos por la polvareda que levantó la polémica operación.

Sebastián, uno de los hijos de Enrique y quien intervino directamente en la negociación por la participación que el empresario mantiene ahora en Repsol YPF, también goza de la confianza del ex mandatario. Un hecho que también ayudo al magnate a expandir la constructora Petersen con la adquisición en 2003 del 93,4% del Nuevo Banco de Santa Fé por parte del Banco de San Juan.

Dos años más tarde, el Nuevo Banco de Santa Fe adquirió el Nuevo Banco de Entre Ríos (Bersa). La transparencia de las operaciones con las que Eskenazi ganó terreno en el mundo financiero fue puesta en duda desde varios sectores de la oposición, que objetaron los bajos precios a los que fueron vendidas estas entidades, pero el empresario siempre alegó que invirtió en el país en momentos en que los demás sacaban su dinero al exterior.

Polémicas aparte, su discurso en la Casa de América estuvo dedicado a la necesidad de una mayor comunión entre España, Portugal e Iberoamérica. Unos nexos que en la región ya se han conseguido con organismos como el Mercosur, que, a juicio del empresario, ha consolidado la relación entre Argentina y Brasil. Esta afirmación causaba la mirada atónita de algunos de los presentes, que conocen bien los conflictos y la desunión que caracteriza a este organismo de integración regional.

A sabiendas de ello, el presidente del Grupo Petersen aprovechó la ocasión para lanzar varios dardos contra los medios de comunicación, a quien considera culpables de la idea errónea sobre las relaciones entre dos de las economías más potentes de Latinoamérica.

“Hay que soñar la vida y vivir el sueño, y el mío es unir a España y Portugal con el Mercosur”, sentenciaba emocionado Eskenazi. Unas palabras que le sirvieron durante lo que restaba de noche para esquivar, al estilo de los mejores políticos, todas las referencias al futuro de Repsol YPF.

Eran casi las diez de la noche y los organizadores no podían dejar que el retraso del evento empañara la visita del ingeniero. Las copas de vino y las bandejas de jamón de jabugo pusieron la guinda final al acto, mientras los asistentes intentaban sacar nuevas exclusivas económicas a Eskenazi. Pero el empresario sabe esquivar bien los envites. Y a las preguntas sobre la petrolera hispano argentina, respondía con la máxima que defendió durante todo su discurso: el importante papel de las empresas españolas en lo que denomina la Revolución Silenciosa en Latinoamérica, con “las realidades económicas y financieras como base esencial de cualquier resultado político”.

Eskenazi quiso compartir con los asistentes la importancia que para este objetivo tiene un encuentro que todos los años realizan los grandes magnates latinoamericanos, con el mexicano Carlos Slim como anfitrión, para trasladar a sus hijos la ética empresarial que deben llevar a cabo.

Eran ya más de las diez y media, noche cerrada en Madrid, y el empresario quiso despedirse recordando que “hay que aceptar la imprescindible intervención del Estado en la economía”. A más de uno casi se le atraganta el jamón, recordando los últimos rumores sobre que el Estado argentino estudia comprar acciones de YPF.

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