La morosidad presiona a las microfinanzas centroamericanas

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La morosidad presiona a las microfinanzas centroamericanas

Un grupo de microfinancieras estadounidenses ha expresado su preocupación por la situación que enfrentan este tipo de entidades en Centroamérica, especialmente en Nicaragua, donde las protestas de los deudores han puesto en serio riesgo la continuidad de un negocio que en los últimos años se ha vuelto imprescindible para el desarrollo económico del país. De momento, las violentas protestas de los morosos han provocado que los organismos internacionales congelen 100 millones de dólares en créditos a estas entidades que operan en el país.

La conocida como Red Acción, que incluye a las microfinancieras de EEUU y otros países latinoamericanos como Argentina, Colombia, México, Brasil, Estados Unidos, Ecuador, Perú, El Salvador, ha instado a la población a «honrar sus pagos», y que se acerquen a instituciones para buscar una solución al problema.

Pero el conflicto parece lejos de una solución. Agricultores, artesanos y asalariados, organizados en el denominado «Movimiento No Pago», bloquean carreteras y hacen plantones ante estas entidades, como presión para evitar embargos y requerimientos judiciales por mora y exigir la reestructuración de las deudas.

El Movimiento de No Pago, con mayor fuerza en los poblados del norte del país, sostienen que por una o dos cuotas atrasadas, esas empresas emprenden acciones abusivas como embargar bienes y acosan a familiares sin relación con las operaciones crediticias.

Por ello, demandan al Parlamento una ley que regule la actividad de las microfinancieras y establezca tasas de interés del orden del 8% anual, petición que rechazan esas empresas.

El vicepresidente de la Asociación Nicaraguense de Microfinanzas (Asomif), René Romero, ha hecho un llamamiento a la prensa local para explicar que su asociación atiende a unos 120.000 clientes a nivel nacional y de ellos, unas 40.000 personas están ubicadas en los siete municipios en conflicto donde han sido suspendidos los desembolsos de nuevos créditos.

La industria había calculado otorgar créditos por 167 millones de dólares en el ciclo productivo 2009-2010, y hasta la fecha sólo ha sido concedido un 50% de esta cifra, debido a los problemas generados por las protestas.

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