Tras las nuevas represalias que tanto Brasil, que suspendió temporalmente la exención de visados, como EEUU, que congeló una ayuda por valor de 30 millones de dólares, tomaron la pasada semana en repulsa del golpe de Estado en Honduras, el gobierno de facto de Roberto Micheletti ha respondido a ambos Estados con medidas y amenazas.
El Congreso de EEUU decidió, a finales de la pasada semana, la ampliación de las sanciones que ya repercutían en las ayudas militares que Honduras venía recibiendo del país norteamericano. En esta ocasión, la cancelación correspondió a los programas de asistencia, de los cuales Honduras es altamente dependiente. «El Departamento de Estado anuncia la supresión de una amplia gama de ayudas al gobierno de Honduras», indicó el portavoz Ian Kelly en un comunicado.
En respuesta, el gobierno de facto anunció que esta cancelación no será óbice para desistir y anunció que la suspensión de la ayuda para combatir el narcotráfico afecta más a EEUU que a Honduras. «Si no tenemos el apoyo del país más consumidor del mundo, les llegará más droga a ellos. No tenemos fondos, entonces, definitivamente, será más difícil para ellos», arguyó el ministro de Defensa, Adolfo Sevilla.
Por su parte, Brasil decidió el pasado jueves la anulación de dos acuerdos sobre exención de visados con Honduras. En adelante, los hondureños que deseen viajar a Brasil deberán solicitar un visado para entrar en el país. Esta medida, adoptada en respuesta al golpe de Estado acaecido el 28 de junio en honduras, no afecta, en cambio, a los hondureños que ya residen legalmente en Brasil.
El gobierno de Micheletti anunció a su vez que, en razón a los acuerdos que han quedado rotos, Honduras exigirá a los ciudadanos brasileños que deseen visitar el país la solicitud de un visado. “En aplicación del principio de la estricta reciprocidad, ha decidido suspender los acuerdos sobre exención de visas en pasaportes corrientes, diplomáticos, oficiales o de servicio» con Brasil, anunció el ministro de Relaciones Exteriores.
