Argentina se suma al Boom del mercado del litio en Latinoamérica

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Argentina se suma al Boom del mercado del litio en Latinoamérica

No solo Bolivia quiere aprovechar el tirón que tiene el litio. Hay otros países latinoamericanos que cuentan con reservas y quieren comenzar a explotarlas. Una empresa australiana explora en Argentina y una compañía canadiense Lithium One ya ha mostrado su interés en invertir en el mercado del litio en el país.

La fiebre del litio ya ha comenzado en todo el mundo. Es el mineral esencial para la fabricación de las baterías que utilizan los automóviles eléctricos o híbridos. Ante el anunciado fin de las reservas de petróleo en un futuro no muy lejano, las principales empresas de la industria del automóvil diseñan desde hace tiempo prototipos de vehículos eléctricos que, más tarde o más temprano, se implantarán en el mercado.

Esto es una gran noticia para Bolivia que podría crear una economía fuerte con el litio como motor principal gracias a sus inmensas reservas, las mayores del mundo. Según los expertos es tal la cantidad que alberga el país, que la suma de todas las reservas de Chile, que es la segunda reserva en importancia, con el 25% del total, y el resto se lo reparten varios países, entre ellos, Argentina, China y EEUU.

Los analistas económicos están convencidos de que la crisis internacional ha mostrado lo obsoleta que ha quedado la industria del automóvil y la necesidad que hay de cambiar un motor que usa carburantes de alto coste por otro motor de energía limpia, como las baterías de litio. De entre todos los materiales, el litio es considerado como el mejor que conserva la energía.

El único problema del litio es que se necesita de una tecnología bastante avanzada para convertirlo en metálico, que es cuando realmente sirve. Por eso a nadie se le olvida que el monopolio mundial de la explotación del litio en realidad está en manos de dos trasnacionales, la FUTE y la FMC Lithium Corporation, al ser las únicas que poseen la tecnología para convertir el litio en metálico.

Las mayores reservas bolivianas se encuentran en el salar de Uyuni, una planicie de más de 10.000 kilómetros cuadrados y una profundidad de hasta 220 metros, situada en la región de Potosí. El año pasado, el Gobierno del presidente Evo Morales, decidió impulsar la producción de carbonato de litio en una pequeña planta piloto en Río Grande, con una inversión cercana a los seis millones de dólares y un ingreso mensual estimado en 300.000 dólares, del que se benefician los habitantes que viven alrededor del salar de Uyuni.

Las reservas demostradas superan los nueve millones de toneladas métricas y los últimos datos señalan que la cifra puede ser hasta 10 veces mayor si se tienen en cuenta las diversas capas del salar. Desde el Gobierno boliviano aseguran que se iniciará su explotación, transformación y comercialización cuando se entre en un período favorable.

Representantes de compañías japonesas, surcoreanas y francesas han viajado a Bolivia para mostrar su creciente interés en las inmensas reservas de litio que se encuentran en el país andino, material necesario para las baterías de los vehículos híbridos y eléctricos. Incluso el encargado de negocios de la Embajada de Irán en Bolivia, Masoud Edrisi aseguró que su país está interesado en la explotación de litio.

Un grupo de empresas japonesas ha mostrado si interés en alcanzar un acuerdo con Bolivia para la producción de litio. El acuerdo incluiría la cooperación tecnológica y financiera, así como la construcción de infraestructuras para la producción de litio, según ha asegurado la prensa nipona.

Ejecutivos de Mitsubishi, Sumitomo y Japan Oil han viajado a Bolivia para proponer al Gobierno el acuerdo, que permitirá la explotación conjunta del salar de Uyuni. El litio es un material muy preciado por las compañías japonesas del automóvil, que han centrado su trabajo en el diseño de nuevos modelos verdes o respetuosos con el medio ambiente.

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