Lula recibe críticas de los pequeños inversores

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Lula recibe críticas de los pequeños inversores

Los pequeños inversores temen que la reforma petrolera impulsada por Lula da Silva perjudique sus intereses en Petrobras, al tener que pagar por los derechos de la ampliación de capital de la compañía. Todo apunta además a que la inyección de capital prevista por Brasil podría pesar también en los precios de los bonos de la commpañía, ya que estos inversores temen que la deuda de 31.000 millones de dólares de la petrolera estatal crecerá a medida que el Gobierno consolide su control de la empresa.

Lula presentó el lunes su esperada reforma petrolera, y entre las propuestas figura una capitalización de Petrobras, estimada por políticos oficialistas en 50.000 millones de dólares, usando reservas de crudo todavía sin probar en lugar de dinero.

Mientras la inyección de más capital en una compañía es generalmente una buena noticia para los tenedores de bonos, la forma en que el Gobierno delineó sus planes ha provocado la división entre los analistas.

Bancos como RBC Capital Markets dicen que el mecanismo que podría usarse para aumentar el capital de Petrobras sería forzar a la firma a adquirir más deuda en los mercados para financiar su plan de inversiones a cinco años de 174.400 millones de dólares.

«Si la capitalización se produjera y no hubiera dinero involucrado, como sugiere el Gobierno, entonces los aspectos positivos del programa menguarán», aseguran desde la firma.

La incertidumbre sobre el plan ya está tomando forma sobre los bonos referenciales de Petrobras con vencimiento en 2019. El rendimiento, que se mueve en forma inversa al precio, saltó ayer al 6,1%, su máximo desde el 11 de agosto, según datos recogidos por Itaú Securities.

El plan que Lula envió al Congreso hace a Petrobras el único operador de los campos subsal, asegurándole acceso a los mayores yacimientos de crudo descubiertos en las Américas desde 1976.

Pero explotar el crudo, que yace a unos 260 kilómetros de la costa sudeste del país y unos 7.000 metros por debajo del agua, rocas y un manto de sal, es un gran desafío y algunos analistas dicen que el Gobierno minimiza los riesgos de exploración, y la necesidad del apoyo.

Petrobras se ha visto forzada a aumentar su endeudamiento desde la intensificación de la crisis financiera hace un año, cuando los mercados de crédito se colapsaron. Su deuda neta saltó un 63% a finales del segundo trimestre desde unos 18.000 millones de dólares un año antes.

La empresa vendió un total de 2.750 millones de dólares en bonos 2019 en febrero y julio, ayudada por el alivio de la aversión al riesgo. Este año, además de un préstamo puente de 6.500 millones de dólares del Banco Santander, Societe Generale y otros, Petrobras se aseguró créditos de 12.500 millones de dólares del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil, 2.000 millones del EximBank de EEUU y 10.000 millones de dólares del Banco de Desarrollo de China.

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