El gas de Bolivia abre un nuevo frente de batalla con Brasil

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El gas de Bolivia abre un nuevo frente de batalla con Brasil

El gas vuelve a ser el culpable de una nueva batalla entre el Gobierno de Bolivia y el de Brasil. Evo ha anunciado que analiza la posibilidad de modificar a la baja el contrato de suministro de gas con Brasil debido a la caída en la demanda del mercado. Además, el mandatario boliviano revisará las deudas pendientes de Petrobras con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), que ascienden a 19,23 millones de dólares por los volúmenes de gas que dejó de comprar a la empresa Chaco S.A. entre 2002 y 2006 por el take or pay (toma o paga).

El presidente de la compañía estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Carlos Villegas, ha señalado que quieren depender menos de un mercado al que consideran inestable y ganar otros clientes más estables en la región.

El titular de YPFB ha indicado a los medios de comunicación locales que Bolivia considera urgente el cambio del contrato que mantiene con Brasil, que esta vigente hasta el año 2019 y al que ha calificado como perjudicial. El acuerdo que mantienen ambos países establece que la demanda del país carioca puede variar cada día entre un rango de 16 millones de metros cúbicos día (MMmcd) y 30,08 MMmcd. Es decir, un día puede requerir un alto volumen y otro la mitad.

Sin embargo, este contrato obliga a Petrobras a pagar por un consumo mínimo de 21 MMmcd por el denominado take or pay (toma o paga). El precio para este trimestre es de 4,5 dólares el millón de unidades térmicas británicas (BTU). La demanda de Brasil bajó de 31 millones de metros cúbicos el año pasado a menos de 20 millones durante este año 2009.

El descenso en la demanda de ese mercado ha obligado a Bolivia a reducir su producción de gas y disminuir la extracción asociada de líquidos para refinar combustibles como diésel y gasolina. Esta situación también obligó a YPFB a importar estos carburantes y cubrir así el 25% de su demanda interna.

Bolivia y Brasil tienen tres contratos firmados para la exportación de gas natural: el de Petrobras (GSA), por 20 años; el de Comgas, y el de Cuiabá. Sólo el primero está en vigencia desde 1996, aunque los envíos comenzaron en julio de 1999.

En pasado mes de enero, cuando Brasil empezó a demandar menores volúmenes de gas, se aseguró que era una situación estacional debido a una mayor cantidad de agua en las hidroeléctricas que le permitía generar energía para su industria.

Según la Cámara de Hidrocarburos, el descenso se debió a la baja en la producción de la industria como consecuencia de la crisis financiera mundial. Por lo tanto, no se superará con la paralización de las hidroeléctricas y una reactivación de las termoeléctricas.

Pero Villegas ha reconocido que esta situación no es circunstancial ni mucho menos coyuntural y por tanto genera mucha incertidumbre en el país.

Mientras el manatario brasileño ha anunciado que el próximo sábado realizará un viaje oficial a Bolivia para hablar con Evo Morales de los nuevos acuerdos para estabilizar la compraventa de gas natural y desarrollar la cooperación regional contra el narcotráfico.

Morales recibirá a Lula en la región cocalera del Chapare (Cochabamba, centro), donde se ha previsto un acto central en la localidad de Villa Tunari en el que los presidentes firmarán un acuerdo para que Brasil financie con 332 millones de dólares la construcción de una carretera en el centro de Bolivia.

Con este préstamo, empresas brasileñas construirán una carretera de 306 kilómetros entre Villa Tunari y la también boliviana San Ignacio de Moxos, que en el futuro se unirá a la ruta conocida como «corredor bioceánico» pensado para conectar puertos del Atlántico y del Pacífico.

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