El terrorismo lanza un primer aviso al nuevo gobierno colombiano

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El terrorismo lanza un primer aviso al nuevo gobierno colombiano

Un atentado con coche bomba ha sacudido el distrito financiero de Bogotá sólo cinco días después de la investidura de Juan Manuel Santos como presidente de Colombia. La detonación ha causado heridas a nueve personas y destrozos en el edificio donde se encontraban las oficinas de Radio Caracol y la sede de la Agencia Efe en el país latinoamericano.

Juan Manuel Santos, ha visitado junto al alcalde de Bogotá, Samuel Moreno y al ministro del interior, Germán Vargas el lugar en el que se ha producido la explosión del coche bomba. Allí el mandatario colombiano ha asegurado ante los medios la convocatoria de un consejo extraordinario de emergencia para que se encargue de estudiar las pruebas obtenidas para encontrar al culpable.

El Gobierno no ha señalado aún quienes son los autores del atentado y cual es el objetivo al que iba dirigido el coche bomba, pero el diario colombiano El Tiempo, del que Santos es accionista junto con el español Gupo Planeta, escribe en su página web que “aunque no hay certezas de los autores, por el modus operandi y el explosivo las hipótesis apuntan a las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Fue el mismo explosivo usado en el ataque a El Nogal en febrero del 2003”.

La autoridades han confirmado que se trata de un atentado producido a las 5:30 horas (12:30 hora española) en el distrito financiero de Bogotá. El coche bomba ha explotado cerca de los estudios de Radio Caracol, que pertenece al grupo español de comunicación Prisa, causando numerosos daños no estructurales. La española Agencia Efe también ha sufrido daños en su sede.

El último gran atentado en Colombia se produjo el 24 de marzo de este año, en Buenaventura, que dejó nueve muertos. El Gobierno atribuyo en esa ocasión el ataque a las Farc.

Fuentes consultadas por la agencia AFP señalaron que los servicios de inteligencia colombianos detectaron que las Farc tenían previsto llevar a cabo el denominado ‘plan pistola’ con el que se atacaría a policías y militares en pueblos y zonas rurales, además de detonar explosivos en las ciudades.

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