Bernanke abandona la Reserva Federal tras haber evitado una segunda Gran Depresión

Especial XXII Aniversario

Bernanke abandona la Reserva Federal tras haber evitado una segunda Gran Depresión

Su lugar lo ocupará Janet Yellen, la primera mujer al frente de un gran banco central. Ben Bernanke –‘helicóptero Bernanke’, para Wall Street- dejará su puesto al frente de la Reserva Federal estadounidense el próximo 31 de enero. Se marcha, así, el hombre que ha liderado a la primera economía del mundo a través de una de las crisis más virulentas del último siglo. Su lugar lo ocupará Janet Yellen, que ya ha recibido las primeras críticas desde el Tea Party.

“Ha hecho gala de un gran coraje y de una gran creatividad cuando tuvo que lidiar con el posible desmoronamiento de la economía global”, ha dicho de él Barack Obama, quien ha reconocido estar eternamente agradecido al hombre que “llevó a cabo las acciones necesarias para evitar la llegada de otra Gran Depresión”. Sin embargo, no todo son halagos: a Bernanke se le acusa, desde algunos círculos, de haber sido incapaz de ver la burbuja inmobiliaria que desencadenó la crisis de las hipotecas ‘subprime’ en el año 2007.

Fueron precisamente esos barros los que trajeron los lodos de la crisis financiera global, comenzada oficialmente el 15 de septiembre del 2008 con la quiebra del cuarto banco de inversión más grande del mundo, Lehman Brothers, e impulsada a partir del 2010 con los rescates financieros solicitados por Grecia e Irlanda –más tarde se uniría Portugal- que pusieron en la picota a la zona del euro. Bernanke, para combatir el tremendo desmán, instauró una política de estímulos que algunos consideran la semilla que traerá, antes o después, una nueva crisis económica basada en un despegue meteórico de la inflación.

Sea como fuere, lo cierto es que la industria financiera estadounidense no se vino abajo tras el derrumbe de Lehman Brothers ni tampoco, y sobre todo, la economía del país. Puede no ser casualidad si se tiene en cuenta que uno de sus temas de investigación favoritos durante el doctorado que cursó en el prestigioso Massachussetts Institute of Technology (MIT) -el mismo en el que imparte también clases, por cierto, el intelectual ‘antisistema’ Noam Chomsky- fuese la Gran Depresión de 1929.

Sus estudios demostraron que estaba preparado para lidiar con las consecuencias de la caída de Lehman Brothers cuando, al congelarse los mercados de crédito, la Reserva Federal sacó a relucir su armamento pesado reactivando de nuevo el mercado del dinero. Bernanke prestó dinero a la banca para que ésta, a su vez, volviese a inyectarlo en la calle. A su vez, redujo los tipos de interés hasta mínimos históricos aliviando a los millones de hipotecados que por aquel entonces poblaban el país.

A partir del año que viene la política económica de un país tocado por la crisis pero que ha conseguido mantenerse a flote será responsabilidad de Janet Louise Yellen. Nacida el 13 de agosto de 1946 y licenciada en Economía por la Universidad de Brown, se doctoró por Yale en 1971. Como en el caso de Bernanke, Yellen también ha desarrollado una extensa y prolífica carrera académica en centros de reconocido prestigio, en su caso Harvard y Berkeley. Además, Yellen está casada con George Akerlof, que fue premio Nobel de Economía en 2001.

Por delante tendrá cuatro años, hasta el 31 de enero de 2018, puesto que el mandato de los presidentes de la Reserva Federal tiene esa vigencia. La primera reunión del Comité Federal del Mercado Abierto (CFMA), el órgano que define la política monetaria, presidida por Yellen se celebrará el 13 de marzo. Para unos, la trayectoria de Yellen constituye su mayor aval para merecer la presidencia. Conoce la casa y cómo se mueven los hilos en Washington. Para otros, sin embargo, su carrera supone más bien un obstáculo, porque esa trayectoria demuestra que fue una de las piezas del sistema cuando se cebaron los excesos y los problemas que ahora se siguen purgando.

En cualquier caso Yellen supone la continuidad. Su prioridad, según pronunció en el discurso de su nombramiento, consiste en afianzar la aún endeble recuperación del mercado laboral. Aunque el paro, que llegó a subir hasta el 10% en 2009, ha bajado en los últimos meses hasta el 7,3%, se encuentra todavía alto para los estándares habituales en EEUU. Es decir, que mantiene las mismas preocupaciones que Bernanke.

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