Bruselas se queja del espionaje americano pero rechaza reforzar la protección de datos

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Bruselas se queja del espionaje americano pero rechaza reforzar la protección de datos

Sede de la Comisión Europea

En la última cumbre de la UE los líderes europeos desplazaron hasta 2015 la fecha para reforzar la protección de datos pese al supuesto enfado que mostraron con el espionaje de EEUU. Angela Merkel ha sido espiada por los servicios secretos estadounidenses y formalmente se ha mostrado tan indignada como preocupada, obligando al resto de líderes europeos ha exigir responsabilidades a los respectivos embajadores que la primera potencia del mundo tiene repartidos por el Viejo Continente. Sin embargo, algunas decisiones tomadas en los despachos de Bruselas contradicen este enfado.

Tal y como ha informado el diario El País, durante la última cumbre de la UE, además de expresar en voz alta su “honda preocupación” por la vigilancia que ha afectado a la propia canciller alemana, los mandatarios europeos decidieron desplazar hasta 2015 la fecha límite para adoptar las nuevas reglas comunitarias de protección de datos.

Aunque ninguna ley puede impedir el acceso de las agencias de inteligencia a las comunicaciones de los ciudadanos, como ha sucedido en el caso de la NSA (la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, por sus siglas en inglés), el refuerzo de la norma en medio de esta marea de espionaje habría enviado una fuerte señal política a EEUU y una advertencia frente a futuros episodios de este tipo.

La norma, según la propuesta que presentó la Comisión Europea hace casi dos años, refuerza el consentimiento explícito que el usuario debe dar para que se procesen sus datos, obliga a las empresas a contar con un responsable que los gestione y establece, por primera vez, el derecho al olvido para personas o entidades cuya reputación se haya visto dañada en Internet.

El porqué de este doble rasero no se conoce. O no es de dominio público, al menos. Lo que sí se sabe, porque ha informado de ello Der Spiegel, es que la canciller alemana tampoco ha actuado acorde al descontento que ha mostrado de cara a Washington. De hecho, y lejos de anunciar represalias contra la Casa Blanca -¿cuáles podría adoptar, de todos modos?-, lo que le ha pedido a Barack Obama es que comparta la información obtenida en Europa.

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