Las agencias de rating complican el futuro financiero de Venezuela

Especial Inversión en Latinoamérica

Las agencias de rating complican el futuro financiero de Venezuela

Nicolás Maduro, el sucesor de Hugo Chávez tanto en la corte chavista como en la presidencia del Gobierno, se enfrenta a la animadversión de los mercados después de que los inversores internacionales hayan detectado complicaciones políticas y económicas en el país.

El último movimiento ha tenido lugar este lunes, cuando Standard & Poor’s decidió rebajar la nota de la deuda soberana de Venezuela de “B+” a “B”. “Los desafíos internos del Gobierno venezolano amenazan con debilitar la implementación de políticas económicas en un momento de empeoramiento de las condiciones económicas con desaceleración del crecimiento, aumento de la inflación y más presiones de liquidez externa”, indicó la agencia calificadora en un comunicado en el que explicaba su decisión de bajar el rating crediticio de Venezuela a largo plazo en moneda extranjera y local.

Esta noticia se produce poco después de que la firma local Econométrica publicase un informe que evalúa el estado de las finanzas públicas en los últimos tres meses, el cual explica con más detalle la decisión de S&P: Venezuela fue la nación con el menor crecimiento entre las economías más poderosas de Latinoamérica, al pasar de 5,5% en el último trimestre de 2012 a 0,7% entre enero y marzo pasados.

Maduro se enfrenta, en el plano económico, a una brutal crisis de desabastecimiento derivado del cuantioso gasto público realizado para asegurar la tercera reelección del caudillo en octubre de 2012. En el plano político sus costes van por otro lado; parte del chavismo no parece estar de su parte y el líder opositor, Henrique Capriles, perdió las elecciones contra Maduro por una diferencia mínima.

Según Econométrica, el desempeño económico, además, ha estado tutelado por la devaluación de la moneda –el cambio oficial pasó de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar-, un nuevo proceso electoral y los problemas para obtener divisas fuera del mercado controlado por el Gobierno.

También la inflación, que ha sido la verdadera bestia negra de esta nación petrolera desde principios de la década de los ochenta, se disparó en el período evaluado. Las cifras publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) indican que la inflación anual cerró en 25.1%. La medición no incluyó, en cualquier caso, el cómputo del mes de mayo, que trepó a 6.1%, un récord en los últimos 14 años. A toda esta situación hay que sumar el desabastecimiento expresado en la falta crónica de productos de la cesta básica como el aceite vegetal o el papel higiénico.

El índice de escasez llegó a 21,3% en abril. De momento no hay señales de un golpe de timón en la política económica, por lo que los especialistas auguran una inflación ascendente, a pesar de los intentos del Gobierno por reactivar el aparato productivo nacional generando un clima cordial con la empresa privada. “Probablemente la contracción de la economía venezolana se prolongue hasta algunos trimestres de 2014”, aseguró Econométrica.

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