El socialismo europeo se hunde sin remedio. Y el triunfo de Berlusconi en la última crisis política italiana es una muestra más de esta tendencia.
O eso piensan muchos analistas que ven en la caída de Bersani, como decíamos al principio, otro punto de inflexión para el definitivo hundimiento de una socialdemocracia europea que aparece como rehén del poder financiero en casi todos los países en los que gobernó.
La incapacidad de todos los líderes socialdemócratas de aplicar una política económica diferenciada de la austeridad, los recortes y la reducción del déficit, que han empobrecido a los ciudadanos para beneficiar únicamente a los bancos europeos al borde de la quiebra está detrás del hundimiento.
Para los votantes, ya no hay diferencias prácticas entre las opciones de izquierda y derecha y, al menos, los políticos conservadores, tan bien en caída libre ahora, tienen más credibilidad porque han defendido siempre estas ideas.
En Italia, el último episodio, hasta ahora, de este culebreen. El Partido Demócrata (PD) ha ‘colocado’ finalmente a uno de los suyos al frente del Gobierno. Pero, todo parece indicar que este ejecutivo recién formado que presidirá Enrico Letta, el número de dos del antiguo líder Pier Luigi Bersani, puede ser el inicio de su práctica desaparición como alternativa política.
De momento, no lo es. La coalición de izquierdas con la que Bersani logró una victoria electoral demasiado corta para formar gobierno se ha roto. Lo hizo en las múltiples votaciones que se celebraron para elegir al presidente de la República. Un proceso que tuvo como resultado el ‘regreso’ de Giorgo Napolitano al puesto que quería abandonar y la inmolación del líder socialdemócrata.
De modo que el PD ha logrado que uno de los suyos presida el nuevo Gobierno italiano, pero el precio a pagar es tan alto que la jugada no parece demasiado rentable. ¿Comprarán en el futuro los votantes italianos la idea de que este ‘sacrificio’ se hace por responsabilidad política? Los ‘blogueros’ de izquierdas lo ven dudoso.
El nuevo Ejecutivo es rehén de Berlusconi que ha colocado en la cartera de Interior y como vicepresidente a su número dos Angelino Alfano. No es esta la única concesión que ha tenido que hacer Letta. Aunque su partido acumula nueve carteras y es la formación política más representada en este ejecutivo, los principales ministerios son para otros.
En Economía se va a sentar un hombre grato al poder financiero. El principal enemigo de los votantes de izquierdas, como bien sabe un Beppe Grillo que ha sacado oro electoral del constante enfrentamiento con los banqueros. Es Fabrizio Saccomanni, hasta ahora director general del Banco de Italia y esta ahí, según se dice, por imposición de un Napolitano que habría pactado este nombre con Bruselas, Berlín y el FMI. La odiada ‘troica’.
Y el PD tampoco tiene Justicia, donde se mantiene Anna Maria Cancellieri, una tecnócrata que ocupaba la cartera de Interior con Mario Monti, Ni Exteriores que le ha ‘tocado’ a Emma Boninno, la antigua política radical que fue comisaría Europea.
Es decir que no hay rastro del PD en los órganos vitales del Ejecutivo. Aunque lo peor no es eso. Lo peor es que va a tener que aplicar una política continuista que dejara el ala izquierda de su base social definitivamente en manos de Grillo.
