Nuevo episodio en el desconcertante panorama de la telefonía móvil de México

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Nuevo episodio en el desconcertante panorama de la telefonía móvil de México

El negocio de la telefonía móvil mexicana es casi un coto privado de Telcel, la filial en el país de América Móvil, que posee un 70% de cuota de mercado. Sin embargo, el sector es también un campo de batalla en el que convergen intereses empresariales y políticos y donde la operadora española Telefónica acaba de convertirse en competidora y aliada de Iusacell, la empresa que intentan poseer al 50%, Ricardo Salinas y Emilio Azcárraga, los dueños de TV Azteca y Televisa, respectivamente.

La última noticia que sacude y renueva, a la vez, este complicado panorama de alianzas empresariales, competencia y accionistas compartidos tiene como protagonista a Telefónica de México e Iusacell que han firmado un acuerdo estratégico para compartir redes. Un pacto que permitirá a ambos grupos aumentar su cobertura y su capacidad de proporcionar servicios de voz y datos en una franja más amplia del territorio.

La integración incluye una apuesta conjunta de futuro para compartir emplazamientos y realizar un despliegue compartido de infraestructuras de última generación que beneficiará al país, porque permitirá, a menor coste y en menos tiempo, reducir la brecha digital entre las zonas rurales y urbanas, según las intenciones declaradas por ambas compañías.

No obstante, la decisión de compartir redes e intercambiar tecnologías, que beneficiará a 27 millones de usuarios, según sus promotores, no supone una fusión. Telefónica e Iusacell gestionarán su espectro de manera independiente y competirán por la clientela con sus ofertas de servicios.

También, por supuesto, amplía las posibilidades de ambas empresas de plantar cara a América Móvil, la empresa de Carlos Slim, que opera en México con la marca Telcel y lidera este mercado con el 70% de la cuota, por un 22% de Telefónica y un 5% de Iusacell.

Una circunstancia que los presidentes de Telefónica de México e Iusacell, Juan Abellán y Adrián Stekel, respectivamente, quisieron dejar clara desde el principio en el acto de presentación del pacto. Por eso, aseguraron que “unían fuerzas a favor de los clientes y en contra de unas prácticas monopolísticas que sólo han servido para perjudicar al país”.

Las referencias indirectas a Telmex, el antiguo monopolio mexicano de telefonía fija desde el que Slim construyó su imperio, y Telcel, fueron constantes en el evento. Las empresas del empresario de origen libanés son el enemigo a batir en el sector mexicano y, en el caso de la operadora española, la lucha se extiende además por toda América Latina.

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