Mantener el dividendo o elevar las inversiones, el dilema de Deutsche Telekom

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Mantener el dividendo o elevar las inversiones, el dilema de Deutsche Telekom

Deutsche Telekom se resiste a seguir el camino que han tomado la mayoría de las grandes operadoras europeas, que han decidido moderar sus dividendos para acometer nuevas inversiones en un escenario de dura crisis económica. Sin embargo, los analistas creen que la compañía alemana podría ceder finalmente, algo que piden ya sus trabajadores e inversiones para garantizar la viabilidad de negocio de la empresa.

Los grandes inversores de Deutsche Telekom aseguran que estarían dispuestos a asumir un recorte en los dividendos anuales a cambio de que la compañía fortaleza su plan de inversiones. “Las inversiones en la fibra óptica alemana o la ampliación de la red móvil es más importante para mí que los dividendos”, aseguró recientemente a la agencia Dow Jones un gestor de fondos que participa en el capital del grupo alemán.

Varias operadoras europeas, como France Telecom, Telefónica y Telecom Austria decidieron moderar sus dividendos hace ya meses para hacer frente al deteriorado contexto económico, pero la compañía alemana no ha querido cambiar por el momento su política de retribución al accionista, que recibirán este año 3.400 millones de euros.

Ello a pesar de que se enfrenta a desafíos cada vez mayores. Deutsche Telekom necesita elevar las inversiones en su débil división estadounidense (T-Mobile USA), que no consiguió vender a AT&T por el bloqueo de los reguladores. Además, también tiene que ampliar su red de fibra óptica en Alemania para poder hacer frente a los competidores. Esta medida le costaría miles de millones de euros si se hace de forma integral, pero la compañía ha descartado un plan agresivo de inversiones argumentando que la actual demanda de conexiones de alta velocidad no justifica un amplio despliegue.

La compañía alemana anunció su actual plan de dividendos en febrero de 2010. Reparte en efectivo 3.000 millones de euros (0,70 euros por título) y recompra acciones por valor de los 400 millones restantes. Uno de los mayores beneficiarios de esta política es el Estado alemán, que cuenta con una participación del 32% en el capital de Deutsche Telekom, algo que se traduce en unos ingresos anuales de 1.000 millones.

En este sentido, los representantes sindicales de los trabajadores de Deutsche Telekom han pedido al Gobierno que renuncie a su dividendo correspondiente con el objetivo de que ese dinero pueda ser utilizado para modernizar los servicios de la compañía.

“Si hace eso durante los próximos cinco años, Deutsche Telekom podría progresar en su negocio de banda ancha y el Gobierno tendrá algo de lo que sentirse orgulloso», señaló recientemente Lothar Schroeder, vice presidente de Deutsche Telekom y miembro del sindicato Ver.di.

El antiguo monopolio alemán está sufriendo las consecuencias de la dura competencia y de la regulación que le han provocado ya caídas de beneficios e ingresos. El año pasado, la facturación del grupo bajó un 6%. Para empeorar las cosas, tiene una gran presencia en el sureste de Europa, una región particularmente afectada por la crisis de la deuda de Europa, a través de su participación del 40% en el capital de Hellenic Telecom.

Este año planea realizar unas inversiones de 8.400 millones de euros, la misma cantidad que en 2011.

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