Los especuladores preparan un nuevo ataque contra Italia

Los especuladores preparan un nuevo ataque contra Italia

Los especuladores planean su regreso tras una retirada -la de hoy- que muchos han definido como táctica.

Bandera de Italia

Bandera de Italia

Los especuladores financieros han otorgado este lunes una tregua -impuesta por la intervención del Banco Central Europeo (BCE)- a Italia y España, cuyas deudas se vieron vapuleadas por una enorme volatilidad durante las últimas semanas. No obstante, fuentes relacionadas con el sector de los hedge funds consultadas por EL BOLETÍN han explicado que se prepara una nueva ofensiva contra el país que preside Silvio Berlusconi. Sus necesidades de refinanciación y su opacidad en sus entornos político y financiero son las excusas perfectas para desencadenar un nuevo rally.

«¿Tú le comprarías un coche de segunda mano a Berlusconi? Porque nosotros no». Esta es la opinión que tiene del primer ministro italiano un gestor de fondos de alto riesgo requerido por este periódico. Tras la intervención esta madrugada de la autoridad monetaria europea -que ha adquirido 5.000 millones de euros en bonos italianos y españoles- los papeles soberanos de España a diez años amanecían ofreciendo una rentabilidad del 5,27%, que hacia el final de la jornada se ha situado en el 5,15%. Una cifra que hace un año, cuando la trayectoria del rendimiento era inferior al 5%, hubiese despertado las alarmas. Pero hoy, después de varios días por encima del 6,2%, tranquiliza. Lo mismo sucede con los papeles soberanos de Italia, que cotizan al 5,27% después de superar el 6,2% la semana pasada. En los mercados el código de lectura es que a mayor rentabilidad en los bonos, mayor es la desconfianza en el país que los emite.

Sin embargo, los especuladores planean su regreso tras una retirada -la de hoy- que muchos han definido como táctica. A las dudas que sobrevuelan la economía italiana por culpa de su clase política se añade el hecho de que en septiembre el país mediterráneo tiene que enfrentar necesidades de refinanciación por valor de 65.000 millones de euros. Además, Italia tiene un ratio deuda PIB del 120%; el segundo más extenso de la zona del euro después de Grecia (142%), un país cuyos bonos a diez años ofrecen una rentabilidad del 15,22% a pesar de haber recibido ayudas internacionales.

También hay otro problema para el entramado financiero más conservador que suena tentador para los hedge funds: Trichet ya no es respetado en los mercados. «Ahora se le ve como otro títere dentro del juego en el que participa Bruselas cuando se culpan los unos a los otros por la situación actual», ha comentado una fuente, que traza a su vez una importante diferencia entre el presidente del BCE y el de la Reserva Federal de EEUU: «[Ben] Bernanke no tiene que dar explicaciones ni a Obama ni a los alemanes sobre si compra o deja de comprar bonos». En otras palabras, que la intervención del BCE no puede ser ilimitada.

El problema de Trichet, dicen los expertos, es que no puede enfadar a Angela Merkel, la canciller de Alemania y principal potencia de la zona del euro. La presidenta democristiana enfrenta una crisis de popularidad en su país debido a los planes de rescate enviados recientemente a Grecia, Irlanda y Portugal, que en total superan los 200.000 millones de euros. Buena parte de ellos ha surgido de los bolsillos germanos. Y aunque Trichet quiera ampliar el Fondo de Rescate Europeo (EFSF, por sus siglas en inglés) a partir de los 440.000 millones de euros aprobados hasta el momento, es improbable que Merkel consienta. Porque de todo ese dinero, Alemania aporta casi 119.400 millones de euros. En otras palabras, más de un 27% del Fondo (Francia un 20,3%).

En este contexto, no sólo los hedge funds advierten que ya están de nuevo en camino. Los expertos independientes también vaticinan que a finales de esta semana la deuda española y, sobre todo, la italiana, volverán a experimentar un rally. «Espero equivocarme, pero lo dudo», comentó un analista financiero a este medio. En lo que todos -especuladores y el resto del mercado- están de acuerdo es en la poca implicación de Bruselas. «No saben qué hacer porque no saben contra quién o qué se enfrentan», explicó a este periódico el gestor de un hedge fund ubicado en un país centroeuropeo. Para unos, ese es parte del problema. Para otros, parte de la oportunidad de hacer una buena fortuna.

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