El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger y las principales autoridades judiciales del Estado no han conseguido llegar a un acuerdo sobre cómo resolver el déficit de 26.000 millones de dólares. Las negociaciones han llegado a un punto muerto.
Esta situación ha llevado a Bill Lockyer, responsable del Tesoro californiano, a alertar de que la falta de acuerdo puede dejar al maltrecho Estado con un rating de grado especulativo en su deuda, lo que le haría casi imposible conseguir la tan ansiada financiación.
«Cada día que pasa, la calificación crediticia de este Estado se acerca inexorablemente al grado de bono basura», sentencia Lockyer, que recalca que si el gobernador y los legisladores «acaban metiéndonos en ese pozo, aniquilarán del todo nuestra capacidad financiera para construir escuelas, carreteras… en suma, llevar a cabo todas las obras públicas que necesitamos para transformar California. Si nuestra deuda se convierte en basura, se nos cerrará la puerta del mercado de las infraestructuras?», advierte.
Uno de los mayores desencuentros versa sobre los recortes propuestos en los fondos para escuelas, que suponen el 40% del gasto público de este estado. Schwarzenegger propone suspender una enmienda constitucional que establece una partida mínima del gasto para las escuelas. Los demócratas, por su parte, piden que el dinero de las escuelas sea devuelto cuando la situación mejore.
