«El salvamento de la zona del euro depende del BCE»

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«El salvamento de la zona del euro depende del BCE»

La crisis de la zona del euro no parece querer remitir a pesar de la andanada de medidas de apoyo estudiadas hasta el momento. Debido a la debacle que hubiese supuesto un referéndum en Grecia, los países más poderosos de la región hablaron por primera vez en público de la posibilidad de que uno de los integrantes del euro -en este caso Grecia- pudiese abandonar la zona. Desde entonces la situación en el país mediterráneo parece haberse calmado relativamente a la vez que la oposición helena ha decidido apostar fuerte por la permanencia del país en la moneda comunitaria. Por el momento, el riesgo de una salida inminente ha disminuido.

Sin embargo, el verdadero problema es Italia. La tercera economía más grande de la zona del euro es probablemente demasiado pesada como para ser mantenida a flote con los mecanismos de rescate anunciados hasta el momento, especialmente debido a que una intervención en este país sembraría de dudas la capacidad de otras economías de la región. Afortunadamente, el Gobierno italiano parece que está empezando a comprender el reto que tiene por delante. Aunque Italia requiere un cambio de liderazgo para que el país empiece a implantar realmente las medidas necesarias si quiere adaptar su economía a la situación actual. Sólo el tiempo dirá si Italia agotará la confianza de los mercados antes de que pueda coger el toro por los cuernos.

Dado que los legisladores de la zona del euro han llegado siempre tarde a la hora de ofrecer una respuesta en condiciones a los capítulos hasta ahora registrados en la crisis, la pregunta que hay que hacerse es quién puede sacar a la región del embrollo que supondría una pérdida de paciencia por parte de los mercados hacia Italia.

Afortunadamente, Super Mario -pues así es como se conoce al nuevo presidente del BCE- parece ser alguien en quien se puede confiar en caso de necesidad. Es verdad que hasta ahora la autoridad monetaria de la zona se ha opuesto frontalmente a una compra masiva de bonos y ha dejado claro que sólo financiará a los gobiernos en última instancia. De todos modos, sería bueno recordar que cuando ha tenido que encarar situaciones difíciles, el BCE ya ha alterado esos términos en determinadas ocasiones -por poner un ejemplo; en el caso griego-. El BCE es la única institución que tiene recursos ilimitados y la capacidad para reaccionar rápido ante un posible impago de bonos soberanos. Así que si observa que la zona del euro puede romperse, el BCE actuará como se espera de él y anunciará compras ilimitadas buscando de este modo aportar estabilidad al sistema de nuevo.

Sin embargo, la última palabra siempre la tendrán los países miembros del euro llevando a cabo las reformas económicas necesarias para volver pronto a la senda del crecimiento.

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