La exposición a derivados financieros de Deutsche Bank es de 14 veces el PIB de Alemania

Deutsche Bank

La exposición a derivados financieros de Deutsche Bank es de 14 veces el PIB de Alemania

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Los analistas coinciden en que la verdadera complejidad a la hora de valorar la cartera de derivados de Deutsche Bank está en medir su posible impacto sobre solvencia. Deutsche Bank tiene en su negocio de derivados financieros uno de los puntos más frágiles para su equilibrio financiero. El gigante bancario tiene una exposición declarada a estos productos por 41,94 billones de euros, una cifra que equivale a 14 veces el PIB de Alemania pero que, según los analistas, es tan abultada como engañosa.
 
La dificultad para valorar estos derivados está en que siempre están referidos a otros activos subyacentes que son los que realmente marcan el valor de los mismos y, a menudo, están sujetos a otros factores que hacen que el riesgo asumido sea en muchos casos inferior a la valoración de mercado. Así lo explica The Wall Street Journal en un esfuerzo por arrojar algo de luz a una de las parcelas de negocio más opacas de Deutsche Bank.
 
Esta falta de transparencia, que se debe más a la complejidad intrínseca de los productos derivados que a falta de información pública sobre los mismos, es la que ha provocado que el mismo ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, haya acusado a la entidad de “haber hecho de la especulación un modelo de negocio”. Unas acusaciones que tienen su fundamento en cuanto a que el Deutsche tiene un volumen relativo de derivados de más difícil valoración e iliquidez sobre su capital de máxima solvencia mucho más elevado que sus vecinos europeos y también que el resto de 12 grandes bancos globales.
 
A pesar de que las cifras son reales aunque difíciles de poner en su medida real y forman parte del balance que el mismo banco publicó al cierre del ejercicio 2015, lo cierto es que el volumen de exposición de la entidad a estos productos de extremada complejidad ha caído drásticamente durante los años de la crisis. El volumen de derivados de nivel 3, aquellos de menor liquidez y más complejidad de valoración, en el balance de cierre del primer semestre del año se quedaba en 28.900 millones de euros, frente a los más de 88.000 millones que el banco acumulaba a cierre del ejercicio 2007.
 
Los analistas consultados por el rotativo financiero de referencia en Nueva York difieren en cuanto a la gravedad de la todavía abultada exposición que Deutsche Bank sigue acumulando a estos activos de más riesgo. Sin embargo, coinciden en que, por ejemplo, el valor nocional de un seguro de cobertura sobre tipos de interés -uno de los derivados más comunes en el balance de la entidad- en la actualidad es frecuentemente mucho más elevado que el riesgo que toma cada una de las partes implicadas.
 
El desembarazo de estos derivados es evidente si se comparan los registros actuales de exposición con los más de 59 billones de euros que llegó a acumular en 2011, cuando esta magnitud tocó máximos en la entidad germana. Sin embargo, que su cartera en nivel 3 suponga un 72% del valor del capital Tier 1 de máxima solvencia, según cálculos de JP Morgan, la deja en una situación especialmente comprometida si se tiene en cuenta que la media de la primera docena de grandes bancos globales reduce esta relación al 38%.
 
Por lo que se refiere a los derivados más ilíquidos, el propio Deutsche Bank calcula que su cartera asciende a más de 9.100 millones de euros, cuando en el caso de Goldman Sachs esta cifra se reduce a poco más de 5.000 millones. No obstante, las reservas de liquidez del germano asciende a 223.000 millones de euros, lo que permitiría un manejo holgado de la situación en caso de un abrupto paso por caja de los inversores en algunos activos que actúen como base de algunos de los derivados de más difícil consideración, que es el verdadero punto de fricción a la hora valorar la solvencia real de la entidad.

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