Aunque Río de Janeiro afronta sufre problemas de delincuencia, no puede considerarse peligroso el total de la ciudad. Río de Janeiro, la primera ciudad olímpica de Sudamérica, tiene varios problemas de seguridad, pero no es justo calificar a la metrópoli brasileña como peligrosa en su conjunto.
Barra da Tijuca, el barrio en el oeste de la ciudad donde están el Parque Olímpico y la Villa Olímpica, es considerado seguro. Muchos soldados y policías se encargarán además de controlar la zona durante los Juegos Olímpicos de Río, que se disputan del 5 al 21 de agosto.
En los conocidos barrios costeros de Copacabana e Ipanema, muy frecuentados por los turistas, se redujo asimismo en los últimos años el número de robos, aunque de vez en cuando se reporta algún incidente.
Las playas de esos barrios en la zona sur cuentan con una buena iluminación nocturna y estarán vigiladas por cámaras y agentes durante los Juegos. También el Boulevard Olímpico en la zona portuaria, destinado a ser el epicentro de las fiestas olímpicas frente al mar, tendrá vigilancia.
La zona norte de la ciudad, en cambio, es considerada actualmente una de las más peligrosas. Los visitantes y turistas olímpicos harán bien en no acercarse a los barrios norteños, donde el Complexo do Alemao y Maré tienen fama de ser dos de las favelas más conflictivas. En ellas se registran a menudo tiroteos entre bandas de traficantes y la policía.
Se recomienda también tener cuidado con los robos en el centro de Río. Lo mismo vale para el barrio de moda Santa Teresa, ubicado en un cerro en el corazón de la ciudad. Santa Teresa es un refugio para artistas y bohemios, pero en el barrio ha habido en este año ya 320 asaltos, según estadísticas oficiales. El regatista español Fernando Echevarri fue víctima de un asalto en Santa Teresa en mayo.
Río 2016 contará con un despliegue de unos 85.000 agentes de seguridad para hacer frente a la delincuencia común en las calles de la ciudad, además de a cualquier amenaza de terrorismo islámico.
La organización Amnistía Internacional ha creado especialmente una aplicación para ayudar a prevenir incidentes en Río, sobre todo los tiroteos en las favelas. La aplicación llamada «Fogo crozado» («fuego cruzado») está pensada para documentar las balaceras que puedan tener lugar en la metrópoli carioca.
