La batalla contra el TTIP se hace fuerte en Twitter

La batalla contra el TTIP se hace fuerte en Twitter

Cartel de No al TTIP

Un estudio de la Universidad de Georgetown analiza la capacidad de las informaciones y opiniones vertidas en la red social para conformar una red activista con influencia sobre un macrotratado como el que negocia la UE y EEUU. Para todo aficionado a seguir la actualidad desde las redes sociales es evidente que el activismo contra el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión (TIIP) tiene en la red el escenario de contienda más favorable. Ahora, un estudio de la Universidad de Georgetown lo confirma: el debate “TTIP sí o no” ha recibido mucha más atención en la comunidad Twitter, con una clara ventaja de los opositores al tratado, y España tiene mención especial.

El estudio, a cargo de de la universidad que mantuvo en nómina al expresidente José María Aznar, se centra en el pasado mes de octubre para analizar en qué relación las informaciones y opiniones que recalaron en Twitter eran positivas o negativas para la reputación del tratado en la opinión pública: “Los tuits que incluyen etiquetas (hastags) favorables al acuerdo solo constituyen aproximadamente un 1% delos mensajes totales, mientras los que abogan por un claro rechazo (a través de etiquetas coo #stopttip #nottip, #noalttip) representan el 99% de la actividad del asunto ‘TTIP’ en la red social Twitter”, alerta el estudio. La relación de unos y otros, durante el mes de octubre, fue de 1.896 frente a 185.52, en una proporción menor de uno de cada 100.

Los autores del estudio cuyo título podría traducirse como «TTIP, el chico acosado de Twitter», asumen que solo esta foto no da cuenta de la opinión pública general. Pero destacan la fuerte tendencia del uso de la etiqueta “#TTIP” con cariz negativo. “Además, desde un puto de vista sociológico, se ha demostrado que en cuestión de opiniones enfrentadas, los actores menos involucrados y con opiniones positivas tienden a guardar silencio, deando que el espacio público más crítico dirija la discusión”, exponen los autores.

La consecuencia es que los activistas anti TTIP han sido mucho más eficaces y rápidos en la difusión de informaciones de alarma relacionadas con la seguridad alimentaria o las normas ambientales y laborales en Estados Unidos y Europa, entre otros temas. “El debate on line ha permanecido en gran parte impulsado por la desconfianza a pesar de que la Comisión Europea tomara medidas de mayor transparencia y de difusión de las ventajas del acuerdo”.

La baza perfecta para sus ataques y, al mismo tiempo, el caballo de Troya de los activistas anti TTIP ha sido la opacidad, falta de transparencia y el oscurantismo que muchos han achacado a la toma de decisiones de la cúpula de EEUU y la UE sobre uno de los acuerdos de más relevancia para los ciudadanos de ambos bandos.

España, ganador del ‘no’

“Con mucha diferencia, el mayor número de tuits negativos sobre el TTIP proviene de España”, sostiene el estudio, a pesar de ser un país con menor población que otros socios como Alemania o Italia. Según los datos del estudio de Georgetown, España triplica el número de mensajes negativos sobre el acuerdo de libre comercio respecto al iguiente país con tuits más críticos, Alemania. Desde el país llegan a generarse durante el mes elegido cerca de 35.000 mensajes de crítica al tratado en esos treinta días, mientras Estados Unidos, con una población muy superior a la española, no alcanza los 13.500 tuits negativos sobre el TTIP.

A pesar de que en España se han usado etiquetas construidas en inglés, el estudio recuerda que el país ha generado mensajes propios relacionados con eventos concretos sobre el asunto, como #BCNnoTTIP.

Como muestra de la influencia de la opinión pública sobre el futuro del tratado, sirva la negociación de uno de sus puntos más polémicos: el órgano de Solución de Controversias entre inversores y Estados (ISDS por sus siglas en inglés), que permite a los inversores litigar con los Estados ante tribunales de arbitraje privados. Si una legislación estatal contraviene los intereses de una multinacional extranjera que invierte en el país bajo el auspicio de una ley pública y ambas partes han firmado la cláusula de arbitraje, la multinacional puede dirimir sus diferencias con el Estado de igual a igual y por encima de los órganos jurisdiccionales del estado.

Tras las fuertes movilizaciones y la controversia entre los eurodiputados que tuvieron que manifestarse sobre el acuerdo aunque de forma no vinculante, la cúpula de la UE anunció una reforma de ese instrumento de arbitraje, y la Eurocámara solicitó a los negociadores que este tribunal fuese público y modificara buena parte de sus características originales. El Parlamento cree ahora que la competencia de los tribunales de los países miembros “no debe quedar limitada por regímenes especiales para litigios entre inversores”.

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