El primer ministro griego deberá afrontar posibles deserciones en su partido y «despejar» a los radicales para sacar adelante las reformas acordadas en el Parlamento. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha llegado por fin a un acuerdo con sus socios europeos a primera hora de este lunes, tras una intensa jornada de negociaciones. El Gobierno heleno ha aceptado duras medidas a cambio de un programa de más de 80.000 millones de euros durante tres años, algo que no ha sentado bien a buena parte de los miembros Syriza, en especial al ala dura de la formación.
Ya antes de alcanzar el pacto, varios legisladores del bloque mostraron su desacuerdo, y las posibles deserciones amenazan con poner en peligro la estabilidad del Gobierno de Tsipras. “Hay una división dentro del partido a la vista, parte de funcionarios y legisladores Syriza no aceptan las tácticas seguidas de nuestro primer ministro”, apuntó Yanis Balafas, un miembro del partido muy cercano Tsipras, en una entrevista recogida por Bloomberg.
Al primer ministro griego le quedaba poco margen de maniobra en la cumbre de líderes de Gobierno celebrada este domingo para intentar evitar la salida del país heleno del euro. En un encuentro que ha durado más de 17 horas, Tsipras ha acabado por aceptar las duras exigencias de los países de la moneda única, algo que muchos en Syriza entienden como una rendición ante las demandas de los socios que el pueblo griego había rechazado en el referéndum del 5 de julio.
El ala dura de la coalición ha tachado incluso de “humillante” el acuerdo al que ha llegado Tsipras, pues algunos términos son incluso más duros de aquellos a los que población dijo ‘no’ en la consulta.
Ante las posibles dimisiones en el partido, Tsipras tendrá ahora que “cambiar su administración y despejar intransigentes y radicales de su partido”, así como contar con el apoyo de la oposición para poder aprobar las medidas necesarias, han apuntado los analistas de Eurasia Group Mujtaba Rahman y Federico Santi a la citada agencia estadounidense.
El Parlamento griego tiene hasta el miércoles para aprobar reformas que obedezcan a las demandas de los acreedores, entre las que se incluye subir los impuestos y contener el gasto en pensiones.
Ahora la atención se centra en los obstáculos que podría encontrarse el primer ministro en el Parlamento para poder iniciar en profundidad las negociaciones con los acreedores para acceder a un tercer rescate internacional en cinco años.
Para desbloquear el nuevo programa, las reformas tienen que ver el visto bueno en apenas tres días. “La confianza tiene que ser reconstruida, las autoridades griegas tienen que asumir la responsabilidad de lo que acordaron”, ha señalado la canciller alemana, Angela Merkel, tras la reunión finalizada esta mañana. “Ahora depende de la implementación paso a paso de lo que acordamos”, ha añadido.
