Cameron promete 500 millones de libras a Glasgow a dos meses del referéndum escocés

Independencia Escocia

Cameron promete 500 millones de libras a Glasgow a dos meses del referéndum escocés

David Cameron, primer ministro de Reino Unido

El ‘premier’ ha dado un discurso al norte de Escocia para pronunciarse contra la separación. «Me rompería el corazón», ha afirmado. David Cameron ha dicho este viernes en la localidad de Perth, al norte de Edimburgo, que la independencia de Escocia le “partiría el corazón”. Pero como todo buen inglés, el discurso no se ha quedado en el plano emocional y el pragmatismo ha hecho acto de presencia cuando ha anunciado una inyección de 500 millones de libras (unos 630 millones de euros) a la ciudad de Glasgow.

El dinero, procedente de las arcas del Tesoro, está pensado para que las autoridades locales inviertan en infraestructura y creación de empleo. Este dinero, ha dicho el ‘premier’ británico, creará 28.000 puestos de trabajo y mejorará el estado de las carreteras y del transporte público.

Pero el líder conservador no se ha quedado ahí. Además, ha prometido a los ciudadanos de Glasgow que ayudará a sacar adelante la inversión de 210 millones de libras (unos 265 millones de euros) realizada en el año 2009 para conectar por tren el aeropuerto de la ciudad con el centro. Este proyecto lleva paralizado algunos años y es una de las principales promesas que esgrime actualmente el Ayuntamiento de Glasgow, controlado por los laboristas.

Los anuncios del líder conservador británico en Perth contestan de algún modo a John Swinney. El principal responsable de las finanzas escocesas ha declarado públicamente que si el próximo 18 de septiembre los escoceses se decantan por el “no” en el referéndum que se celebrará sobre su independencia, la región perderá miles de millones de libras ante los recortes que pretende realizar el Gobierno británico.

Ganar el referéndum sobre la independencia de Escocia que se celebrará en la citada fecha es ahora la siguiente batalla de Cameron tras perder, hace unos días, la contienda que mantenía en Europa al ser el único presidente de un país miembro de la UE, junto con Hungría, que se negaba a aceptar al luxemburgués Jean-Claude Juncker como el próximo presidente de la Comisión Europea.

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