El duro castigo del pasado ejercicio y los primeros compases de este 2014 deja paso a un renovado clima de optimismo en la recuperación económica que espolea las Bolsas latinoamericanas. La remontada está en curso. Después de un 2013 en el que las Bolsas latinoamericanas sufrieron uno de sus peores desempeños históricos recientes, al alcanzar el ecuador de este año la mayoría de ellas logra enmendar el rumbo de su gráfica. Al frente de este giro alcista se ha colocado el parqué de Buenos Aires, cuyo índice Merval de referencia gana un 43% pese a las dudas que aún rodean a la economía del país austral.
Arropada por las previsiones de mejoría económica a escala global, la Bolsa argentina ha encarado un decidido rumbo alcista que ha llevado al Merval, en línea con otros grandes índices internacionales, a probar máximos históricos. La superación de la hasta hace poco insólita cota de los 6.000 puntos ha sido el revulsivo definitivo para dar solidez a la escapada alcista del índice bonaerense por antonomasia. Si ya el año pasado el selectivo bonaerense esquivó con soltura el castigo que sufrieron la mayor parte de sus vecinos en Latinoamérica -cerró con alzas del 114%-, en lo que va de este 2014 la tendencia se ha elevado exponencialmente.
Con la debacle financiera y económica que el país sufrió a finales de 2001 aún cercanos, los coletazos de esta última crisis han sido menos hirientes en las cotizadas de un país cuyo índice de referencia gana un 190% en los últimos 12 meses. Ni siquiera el revés de decisiones como el veto de EEUU a revisar el protagonismo de los llamados ‘fondos buitre’ en la economía de su vecino del sur ha hecho mella en su brillante y aislado desempeño. En el primer trimestre del año, las grandes cotizadas de Buenos Aires consiguieron elevar su beneficio conjunto hasta los 10.000 millones de pesos, unos 907 millones de euros al cambio, mejorando en muchos casos en dos y tres veces sus registros de un año antes.
La que más de cerca mira a Buenos Aires, y aún así lo hace a una distancia más que prudente, es la Bolsa de Bogotá. El índice colombiano Colcap se apunta un 9% arriba en lo que va de este 2014 en el que el país caribeño ha celebrado elecciones presidenciales. El clima de relativa paz que se ha llegado a establecer con las milicias de las FARC ha animado también la vuelta de inversiones a un país cuyas cifras económicas más recientemente publicadas han logrado batir las previsiones de los analistas más exigentes.
Un poco más abajo en la tabla de ganadores está el Ibovespa de la capital económica de Brasil, São Paulo. El selectivo más representativo del país del Amazonas acumula ganancias superiores al 5% desde que empezó el año. Un porcentaje que prácticamente se duplica si se toman como referencia las últimas 52 semanas. A pesar de la inyección económica que están suponiendo las concesiones del Mundial de Fútbol, la Jornada Mundial de la Juventud y los Juegos Olímpicos, la Bolsa no termina de despegar. El clima de agitación social que reina en las principales ciudades contra algunos recortes de prestación y las heridas aún latentes de la fuerte depreciación que hace unos meses sufrió su moneda nacional -el real- impiden que el efecto de la llegada de nuevas inversiones sea aún mayor.
A la par, o casi, se colocan a estas alturas del ejercicio los índices de referencia de dos países andinos: Chile y Perú. El Índice General de la Bolsa de Valores de Lima (IGBVL) gana cerca de un 3% en lo que va de año. Su vecino el IPSA de Santiago iguala esa cifra. Aunque el resultado es el mismo, la gráfica de cotización de los últimos meses ha sido más favorable en el segundo de los casos. Las huelgas estudiantiles y de trabajadores que el país austral sufrió hace unos meses y que en ocasiones amenazan con volver a rebrotar hundieron el parqué santiaguino a su mínimo anual justo al término del pasado enero. Con la promesa de impulso económico que pone sobre la mesa la Alianza del Pacífico, sus cotizadas siguen ganando posiciones.
Una de las Bolsas latinoamericanas más seguidas por los inversores internacionales es la de México. Sin embargo, este año está lejos de ser una de las protagonistas del podio de descensos y ganancias. Su índice por antonomasia, el MexBol, se mantiene prácticamente plano frente a los precios a los que arrancó el año. Las dudas en torno a la solidez de la economía azteca y su dependencia de su vecino del norte, EEUU, con la acomodaticia política fiscal y monetaria de su Reserva Federal impide al parqué del DF marcar movimientos más bruscos.
La peor parte se la lleva Caracas, donde el IBVC pierde en torno al 20% de su valor en los seis primeros meses del año. Los serios apuros que atraviesa la economía venezolana, donde los problemas de abastecimiento de bienes de primera necesidad son cada vez más recurrentes golpean con fuerza a sus cotizadas. Aunque a diferencia de muchas de sus vecinas la Bolsa de Caracas no ha sufrido ningún descenso brusco, la caída ha sido continuada al ritmo que el bolívar ha perdido protagonismo en los mercados internacionales de divisas. Los expertos también apuntan que tras un meteórico 2013 en el que los inversores celebraron la sucesión del expresidente Hugo Chávez, tocaba corregir posiciones. Herencia aún de esos días de fuerte revalorización, el parqué caraqueño acumula ganancias del 134% a 12 meses vista.
