Más de una decena de muertos, varios de ellos policías, y el asalto a la sede de la oposición en la plaza de la Independencia marcan el inicio de una nueva ola de protestas que ha sumergido a la capital ucraniana en el caos. La violencia ha sido la gran protagonista de las protestas que han comenzado, de nuevo, este martes en Kiev. La capital ucraniana ha registrado disturbios que se han saldado con al menos 14 muertos, siete de ellos policías. Otras fuentes hablan de 18 fallecidos.
Los vídeos que han circulado por la Red muestran todo tipo de excesos. Desde una batería policial ensañándose con manifestantes rezagados tras una carga hasta agentes antidisturbios linchados por grupos de violentos opositores, pasando por escenas que muestran cuerpos sin vida. El caos es, sin lugar a dudas, el principal protagonista de la ciudad.
Pocas horas después de estos enfrentamientos, la policía ha recibido la orden de barrer, literalmente, el campamento de la oposición instalado en la plaza de la Independencia desde hace tres meses. En efecto, al caer la noche este enclave, que ya ha adquirido un fuerte componente simbólico, resultaba parcialmente incendiado mientras los manifestantes trataban de contener a la policía.
Para ello, los manifestantes han lanzado cócteles molotov y otros artefactos pirotécnicos, además de piedras, contra las fuerzas de seguridad. También han levantado barricadas de neumáticos ardiendo para impedir la entrada de los agentes, según las imágenes que ha difundido en directo la televisión ucraniana. Poco antes de esta carga policial, el líder opositor Vitali Klitschko pidió a los manifestantes que no abandonaran la plaza.
