JP Morgan se enfrenta a una nueva investigación: ¿contrató a hijos de funcionarios chinos?

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JP Morgan se enfrenta a una nueva investigación: ¿contrató a hijos de funcionarios chinos?

JP Morgan Chase fue el único gran banco de Wall Street que consiguió mantener su prestigio intacto una vez iniciada la crisis financiera del 2008. Mientras veía cómo parte de su competencia –Lehman Brothers, Merrill Lynch…- se declaraba en quiebra y otra parte –Goldman Sachs- recibía la ira de la ciudadanía por sus operaciones encubiertas, esta entidad capeaba el temporal en relativa calma. Los escándalos han llegado después.

El último, procedente de China. Según ha publicado el diario The New York Times, las autoridades federales de EEUU han abierto esta semana una investigación civil contra el banco para determinar si ha estado contratando a hijos de altos funcionarios en el gigante asiático con la intención de mejorar sus oportunidades de negocio en el país. El periódico neoyorquino se basa en un documento de carácter confidencial firmado por agentes gubernamentales.

Si bien el medio subraya que JP Morgan no está en absoluto acusado de práctica fraudulenta, la investigación se sumerge en una tendencia que se ha prolongado durante más de dos décadas: la llamada “caza de elefantes” por la que las grandes firmas de Wall Street buscan a hijos de poderosos funcionarios para gestionar sus inversiones en el extranjero.

En el caso de China, la unidad contra los sobornos de la Comisión del Mercado de Valores investiga la contratación -siempre según los documentos que maneja el medio estadounidense- de Tang Xiaoning, hijo del antiguo regulador bancario Tang Shuangning, actual presidente del conglomerado financiero estatal China Everbright Group. Tras su contratación, la entidad estadounidense consiguió numerosos acuerdos con este grupo y terminó ejerciendo como asesora de una sucursal de la compañía china. La contratación de familiares de influyentes políticos chinos es una práctica habitual pero el caso de JP Morgan destaca por contratar a hijos de funcionarios al servicio de compañías estatales.

Los expertos legales consultados por el diario insisten, de todas formas, en que este modelo de contratación no es «inherentemente ilícito». Para incumplir la ley, la compañía en cuestión debería actuar con intenciones corruptas o con la expectativa de participar en negocios oficiales a cambio de una contratación.

Sea como fuere, esta investigación llega para JP Morgan en un momento en el que el banco se encuentra bajo un intenso escrutinio tras las pérdidas de más 6.000 millones de dólares en sus operaciones financieras en Londres por las que se ha acusado formalmente al operador francés Julien Grout y al español Javier Martín-Artajo por fraude, falsificación de documentos bancarios y contribución a documentos oficiales falsos.

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