Los especuladores terminan con la tregua concedida a Hollande

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Los especuladores terminan con la tregua concedida a Hollande

François Hollande, el nuevo presidente de Francia, ha tenido algo más de un mes de tranquilidad para preparar su enfrentamiento contra los especuladores financieros, que ahora han decidido, aprovechando las dificultades que han sufrido en las últimas semanas España e Italia, atacar la deuda francesa mientras se abren camino para desmembrar el euro.

Cuando el pasado 15 de mayo el socialista galo entró, por primera vez, en la oficina presidencial, el bono a diez años francés en los mercados secundarios ofrecía un interés a los inversores del 2,902%. Sin embargo, tan pronto comenzó a gobernar Hollande, esta rentabilidad registró un descenso que abarató los costes de financiación del país hasta el punto de que, el 1 de junio, el bono a diez años ofrecía, en los mercados secundarios, un interés del 2,071%: el mínimo histórico desde que Francia pertenece al euro.

Sin embargo, a primera hora de este martes, esta cifra estaba ya de nuevo al alza, situada en un interés del 2,60%. Se terminó, por tanto, la tregua concedida a Hollande por los especuladores. Ahora que España y Francia (que ofrecen un interés del 6,71% y del 6,07% respectivamente) se encuentran en graves dificultades, la ecuación se repite al preveer que Francia será el próximo país en caer dentro de la espiral de incertidumbre.

«Estoy observando a muy pocos inversores internacionales de carácter institucional comprar deuda francesa. La gente está muy nerviosa», ha explicado a la agencia Bloomberg Bill Blain, que trabaja de analista para el fondo Newedge Group, afincado en Londres.

Cuando Hollande alcanzó el poder tras vencer a Nicolas Sarkozy en las elecciones del pasado 6 de mayo, los rumores inundaron el mercado. Las promesas electorales realizadas por el socialista galo -subir los impuestos a los ricos, subir a su vez el salario mínimo, etcétera- más su afán de querer enfrentarse a la política de austeridad de Angela Merkel no vaticinaban una bienvenida tranquila. Sin embargo, así fue. Hasta ahora.

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