El banco británico HSBC ha pedido a los ‘indignados’ que ocupan la entrada de su sede en Hong Kong que recojan sus bártulos y se marchen con la música -nunca mejor dicho- a otra parte, después de llevar ocho meses afincados en el lugar.
«Necesitamos preparar de cara a los próximos meses la realización de una serie de eventos en este lugar y por eso hemos pedido a los ocupantes del espacio que dejen libre el área de forma voluntaria», ha dicho Gareth Hewett, un portavoz de la entidad. «Seguimos en contacto con las autoridades para zanjar esta cuestión», puntualizó.
Los ‘indignados’ de Hong Kong están vinculados al movimiento Occupy Wall Street, que surgió el año pasado en Nueva York, tal y como están vinculados los que protestan en otras ciudades de Asia como Seúl, Tokio o Taipei; todas ellas con cierto renombre en el entramado financiero internacional.
Los que protestan en Hong Kong en la sede del HSBC son medio centenar de personas, y cuentan con tiendas de campaña desde las que tocan la guitarra, leen clásicos de la literatura china e imparten clases de fotografía. «No nos vamos a marchar», comentó a la agencia Bloomberg Leung Wing-lai, uno de los ‘indignados’ citados, «el HSBC no nos ha dado ningún ultimátum».
