La actual debilidad de la economía portuguesa, con el país aún inmerso en un proceso de rescate que ha forzado al Estado luso a llevar a cabo algunas privatizaciones que anteriormente no contemplaba. El proceso ha generado algunas oportunidades de negocio en sectores estratégicos que las empresas de China no han tardado en aprovechar.
La mayor parte de las grandes adquisiciones se han concentrado en el sector energético. El primer movimiento notable tuvo lugar en noviembre del pasado año cuando Sinopec llegó a un acuerdo para adquirir el 30% de la filial brasileña de Galp por 3.400 millones de dólares.
Un mes después, otra empresa del país asiático, China Three Gorges pagó 2.700 millones de dólares por el 21% de la compañía eléctrica EDP, aparentemente interesada sobre todo en los activos de renovables que la compañía lusa mantiene en Europa y EEUU. Y, finalmente, el pasado mes de febrero la china State Grid , junto a Oman Oil, adquirieron el 40% de Red Energética Nacional por 592 millones de euros.
Hasta el momento el plan de privatizaciones de que hablábamos al principio habría generado ingresos por un valor de 3.300 millones de euros al estado portugués, según los datos del FMI. La cantidad, sin embargo, sólo supone dos tercios del total del dinero que Portugal debe captar por este concepto, según los compromisos adquiridos en el plan de rescate.
