Barack Obama empieza a observar cómo los problemas en torno a sus objetivos electorales surgen también de entre sus aliados más afines, como es el caso del gobernador del Estado de Massachusetts, Deval Patrick, demócrata y, además, de raza negra. En esta ocasión Patrick aprobó una agenda económica para su Estado, según la cual alrededor de 30.000 inmigrantes legales se quedarían sin cobertura sanitaria.
La medida fue tomada para anular el creciente déficit que Massachusetts estaba generando, pero a su vez va en contra de la idea de Obama de brindar una sanidad universal a todos los habitantes del país.
Según The New York Times, los inmigrantes afectados son residentes permanentes que han tenido la tarjeta verde por menos de cinco años, y que están ahora mismo cubiertos por la Commonwealth Care, un programa asegurador subsidiario de la legislación del año 2006 para residentes con un salario bajo. Sin embargo, y como era de esperar, esta medida ha hecho saltar las críticas, a pesar de que salvaría 130 millones de dólares.
Estas críticas sobre todo afirman que los perjudicados por la medida también pagan impuestos, y, además, que la intención de Obama de brindar cobertura sanitaria a todos los ciudadanos del país está atravesando un momento crítico y necesita todos los apoyos posibles. Ante la avalancha de críticas, el gobernador Deval Patrick ha propuesto devolver 70 millones de dólares del total al programa.
