La City impone su criterio al Gobierno de Cameron

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La City impone su criterio al Gobierno de Cameron

Los directivos de los principales bancos británicos se han vuelto a salir con la suya. La Comisión Independiente de Banca (ICB, por sus siglas en inglés) creada por el Ejecutivo de David Cameron para traer una mayor estabilidad y competitividad a la banca del país ha declarado que no ven necesario que las entidades separen sus negocios de inversión y de banca minorista.

Este era uno de los mayores temores de bancos. De hecho, el HSBC y Barclays, por ejemplo, ya habían amenazado al Gobierno británico con trasladar sus sedes centrales a otros lugares (Nueva York el primero y China el segundo) si al final salía adelante esta medida. Sin embargo la ICB se ha decantado por la competitividad del sector y ha decidido que este requisito no será necesario.

Sin embargo, estos expertos sí exigirán que al menos un 10% del capital del banco en cuestión se encuentre depositado en el negocio de banca minorista (que es mucho más conservador que el de banca de inversión) para así proteger a sus depositarios.

Las medidas, calificadas de “moderadas” por la ICB, servirán para “mantener el sector competente en el plano internacional mientras se evitan nuevos rescates financieros desde Londres” como el que ya requirió el RBS, cuyo 83% pertenece hoy por hoy al Estado tras verse directamente afectado por la caída de Lehman Brothers, el gigante estadounidense de inversión, el 15 de septiembre de 2008.

Por su parte, la Asociación Británica de Banqueros (BBA, por sus siglas en inglés) ha dicho que estas medidas deberán ser estudiadas en un contexto de esfuerzos globales. Para la BAA, los bancos del país ya han realizado aumentos significativos en su capital y liquidez.

No obstante, la patronal de banqueros ha afirmado que “la comunidad bancaria mantiene su compromiso y su apoyo a los esfuerzos para mantener una estabilidad financiera en el país y quiere asegurarse de que los contribuyentes reciben de vuelta el apoyo que prestaron al sector”.

La ICB se formó en septiembre de 2010 para analizar el estado de la banca británica y adoptar una serie de medidas para mejorar el funcionamiento del sector, dada la demanda de transparencia que exigía la población. Algunos de los debates que han tenido lugar en su seno hasta el momento han sido las retribuciones de los banqueros y mayores facilidades en materia de impuestos.

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