El modelo fiscal de Obama se abre paso en el mundo

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El modelo fiscal de Obama se abre paso en el mundo

El Tigre Celta es la apuesta de todos aquellos que creen que la política de austeridad es el camino hacia el final de la crisis, y por eso no pueden permitir que falle. Siendo conscientes de ello, desde Dublín han decidido lanzar un órdago al Banco Central Europeo (BCE): o condonan el pago de la deuda que vence el 31 de marzo –valorada en 3.100 millones de euros a pagar en metálico- o el Gobierno caerá.

La ecuación presentada por los políticos irlandeses es sencilla de entender. El BCE debe aceptar canjear esos 3.100 millones de euros por bonos del Estado que vencerán, presumiblemente, en el año 2028. De lo contrario, dicen desde Dublín, la población creerá que sus políticos son incapaces de gestionar prácticamente nada, y por eso rechazarán nuevos recortes. Una situación que terminará derivando en la caída de un Gobierno afín en líneas generales a los planes de la Troika. O lo que es lo mismo; en el fracaso de la Irlanda que sí acepta la austeridad.

El ministro de Finanzas, Michael Noonan, ya declaró la semana pasada sentirse «optimista» respecto a la posibilidad de que el BCE acepte reestructurar el préstamo de 31.000 millones de euros concedido hace tres años al Gobierno de entonces para salvar el Anglo y la entidad financiera Irish Nationwide. Desde su nacionalización en 2009, ambas entidades se encuentran en proceso de cierre definitivo a través de una compañía estatal llamada ahora Irish Bank Resolution Corporation (IBRC).

El BCE concedió esos 31.000 millones de euros (los 3.100 millones que vencen en marzo son parte de este paquete) a través de la emisión de los llamados documentos de reconocimiento de deuda (IOU, en sus siglas en inglés), unos pagarés usados por el Ejecutivo de Dublín para recapitalizar ambas entidades, pero que le obligan a pagar cada año un interés del 8%.

Argumentaba el economista Paul Krugman en una columna publicada recientemente que, sin Irlanda, a los partidarios de la austeridad estricta como método de salida de la crisis sólo les quedará señalar a Letonia –»un país con menos habitantes que Brooklyn»- como modelo a seguir. Berlín es consciente de ello, y por eso tanto Angela Merkel como la oposición socialista han apoyado recientemente la petición de los irlandeses. Además, en Irlanda hay una potente industria financiera, fuertemente vinculada tanto a Boston (el 80% de los hedge funds del mundo se encuentran en esta ciudad) como a la City londinense. Cuenta, por tanto, con importantes avales con los que poder afrontar el pulso.

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