China ha conseguido superar a Japón y situarse como segunda economía más grande del mundo. Durante el segundo trimestre, el valor del PIB japonés fue de 1,288 billones de dólares, una cantidad que se ha quedado por debajo de los 1,33 billones de dólares de China.
Entre abril y junio, el Producto Interior Bruto de Japón ha crecido sólo un 0,4% a ritmo anual y un 0,1% respecto al trimestre precedente porque la revalorización del yen castigó a las exportaciones del país. Estas cifras se sitúan muy por debajo de las expectativas de los analistas, que esperaban que el crecimiento fuera del 2,3% anual y del 0,6% trimestral. Una decepción que ha provocado la caída de las bolsas a escala mundial.
La economía china ya había conseguido superar al PIB japonés durante el último trimestre del año 2008 y en el mismo periodo del año 2009, algo que podría volver a repetirse durante el último trimestre de 2010. Si se cumplen las previsiones de los analistas, China podría conseguir el título de segunda economía mundial al cierre de este año, cuando espera crecer en torno al 9%, mientras que los cálculos del Banco de Japón indican que la economía nipona crecerá únicamente un 2,6% durante el año fiscal.
“El que la economía China haya superado a la de Japón es señal de su papel cada vez más dominante en la economía mundial”, ha afirmado Edwar Prasad, un investigador de la institución Brookings y antiguo jefe de la división de China en el Fondo Monetario Internacional, quien también ha destacado la capacidad de recuperación y de crecimiento del país asiático durante la época de crisis, muy por encima de las de otros países.
La economía china es 90 veces mayor que cuando su antiguo líder, Deng Xiaoping, abandonó la línea dura comunista a favor de las reformas de libre mercado, en 1978, y es que hace tan sólo diez años China se situaba como la séptima economía mundial. El gran desarrollo que ha experimentado el país asiático ha permitido que desde principios de siglo haya crecido un 261% acumulado, mientras que Japón ha avanzado apenas un 5%, según datos del Banco Mundial.
