La economía estadounidense destruyó 131.000 puestos de trabajo el pasado mes de julio, aunque consiguió mantener la tasa de paro estable en el 9,5%, según ha informado el Departamento de Trabajo. La finalización de los contratos temporales de 143.000 personas contratadas por la Administración para elaborar al censo es clave a la hora de evaluar el resultado, según las autoridades laborales del país.
El dato de empleo en el sector privado refleja la creación de 71.000 puestos de trabajo en julio, lo que supone la contratación de un total de 630.000 trabajadores por parte de las empresas privadas en lo que va de año. Pero en sentido contrario, el sector público destruyó 202.000 puestos de trabajo en julio, debido principalmente a la finalización de los contratos temporales de 143.000 personas empleadas en la elaboración del censo de 2010.
Wall Street ha recibido los datos con pesimismo. Así, sus tres principales índices (Nasdaq, Dow Jones y S&P 500) amanecían en rojo con caídas que en algunos casos superaban el 1%. El Nasdaq lideraba los descensos con un 1,1%, mientras que Dow Jones aportaba algo más de calma al entramado financiero, al caer un 0,35%. S&P 500 se encontraba algo por debajo del 1%.
En cualquier caso, el pasado martes, el máximo responsable económico de la Administración de Barack Obama y secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, ya advirtió de que cabía la posibilidad de que la tasa de desempleo registre subidas durante unos meses antes de bajar debido al incremento de la población activa. “Ante la esperanza de que puede haber trabajo, regresan a la búsqueda y eso puede causar un alza temporal en la tasa de desempleo”, dijo Geithner.
Asimismo, el presidente de la Reserva Federal de EEUU (Fed), Ben Bernanke, advertía también de que “aún persisten notables limitaciones a la recuperación” y apuntó que el mercado laboral, a pesar de la mejora iniciada este año, necesitará un tiempo “significativo” para recuperar los 8,5 millones de empleos perdidos en 2008 y 2009.
