No es suficiente. Aunque el Parlamento griego aprobó el miércoles pasado nuevos ajustes exigidos por sus principales acreedores (la UE, el FMI y el BCE) que suponen 18.100 millones de euros adicionales de ahorro de aquí a 2016, desde Bruselas quieren más esfuerzo por parte de Grecia.
Según ha explicado una portavoz del Ministerio de Finanzas alemán, Marianne Kothe, estos acreedores consideran que todavía «no están completas» todos los cambios esperados. Kothe dijo que se han recibido «los primeros documentos», que además todavía deben ser examinados.
En palabras más sencillas: la zona del euro no autorizará este lunes la entrega de más dinero a Grecia, pese a que el país también aprobó el domingo un duro presupuesto para el año 2013. Al parecer, aún no existe un acuerdo sobre cómo hacer que su deuda sea sostenible.
Más de la mitad de los diputados helenos apoyaron el proyecto de presupuesto, cumpliendo así una de las condiciones impuestas por la UE y el FMI para seguir desembolsando dinero de las dos líneas de crédito de 240.000 millones de euros concedidos a Grecia. Uno de los principales interesados en que Atenas imponga más austeridad es la canciller alemana, Angela Merkel, que ha repetido en varias ocasiones que sin sacrificio no habrá dinero.
