El colapso de Grecia también amenaza a las grandes empresas europeas

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El colapso de Grecia también amenaza a las grandes empresas europeas

La eventual salida de Grecia de la Eurozona ha puesto sobre la mesa una sombra más en el panorama corporativo europeo: los recortes de calificación crediticia. La hipotética vuelta del país balcánico a los dracmas supondría una oleada de rebajas de ‘rating’ que dificultaría aún más el ya estrecho acceso a los mercados mayoristas de financiación para algunas de las grandes firmas empresariales del Viejo Continente.

Según algunos análisis publicados por algunas agencias de calificación crediticia en los últimos días, la salida de Grecia del euro común supondría la automática revisión de la nota crediticia de todas las grandes compañías de Europa, incluso de aquellas con sede en países que no comparten la moneda única. Según un informe de Fitch al que ha tenido acceso EL BOLETÍN, “toda nota sería puesta en revisión negativa”, lo que supondría un recorte casi automático en aquellas corporaciones cuyo ‘rating’ ya arrastre perspectiva negativa.

Entre las más perjudicadas, por el miedo a un posible efecto contagio serían en cualquiera de los casos posibles las firmas con sede en alguno de los considerados países periféricos de la Zona Euro. En concreto, el más golpeado por un recorte masivo de notas crediticias sería Chipre, a consecuencia de sus más que evidentes vínculos comerciales, financieros y nacionales con la República Helena.

En caso de que la salida de Grecia marcase una hoja de ruta para nuevas despedidas del euro, Fitch asegura que “no quedaría nota por encima de la ‘B’ con toda probabilidad”. Un duro golpe para las compañías que, por correlación con su mercado original, aún gozan de la preciada ‘triple A’. En este caso, ni gigantes como las alemanas Siemens, BASF y Volkswagen, la francesa Pernord Ricard, la angloholandesa Royal Dutch Shell, las británicas Vodafone y WPP, la suiza ABB Ltd ni la destilería danesa Carlsberg escaparían del recorte masivo de nota crediticia.

Una rebaja que supondría unos mayores costes de financiación y la salida de los bonos de deuda de estas compañías de carteras como las de los fondos monetarios, cuyas inversiones deben limitarse por norma a activos muy líquidos y de cobro sin lugar a duda de ningún tipo.

No obstante, las empresas con sede en España serían una de las más golpeadas por la salida de Grecia aunque esta tuviera lugar de la forma más ordenada posible. Un caso al que en jerga financiera ya se nombra por el acrónimo inglés ‘Grexit’. Compañías del sector de las ‘utilities’ y las ‘telecos’ como Enagás, Endesa, REE, Gas Natural, Iberdrola o Telefónica no escaparían en ningún caso de la tijera de las agencias de calificación. Solo una escapatoria, improbable según los expertos, que no supusiera la entrada en impago y solo la redenominación de los papeles de deuda griega en dracmas podría evitar la debacle en las cotizadas españolas.

Fitch señala que el sector “podría atravesar, en su conjunto, una rebaja de entre 2 ó 3 escalones”. En cualquier caso, señala que el impacto sería menor que en otras firmas de carácter más industrial, que son las que más dificultades están encontrando -aún con sus actuales notas crediticias- para levantar nueva financiación en los mercados. De hecho, el informe de la agencia controlada por la francesa Fimalac apunta que las ‘utilities’ son las que menos han sufrido el cierre del mercado de bonos corporativos debido a sus ingresos recurrentes.

Frente a este panorama, la alargada sombra de Grecia no llegaría solo a las cotizadas españolas. Otras compañías de servicios básicos de los anteriormente conocidos como PIIGS también sufrirían los efectos del tijeretazo en sus correspondientes ‘ratings’. Ni siquiera la exclusión en todo caso de las “firmas con una amplia diversificación territorial” salvaría a cotizadas como las italianas Enel, Telecom Italia, Terna o Acquedotto Pugliese. En la misma situación se encontrarían las portuguesas EDP y Portugal Telecom, junto a la irlandesa ESB o la griega OTE, ya parcialmente privatizada.

En este sentido, algunos expertos apuntan que las agencias de ‘rating’ ya descuentan que las medidas tomadas en ciertos países europeos sobre estos sectores terminen por extenderse a todo el conjunto de la Unión Europea, lo que mermaría su capacidad de generar ingresos y las coloca en el centro de la diana de los recortes de nota. Tal es el caso de la congelación de las ayudas a las renovables en España, la instauración de la tasa ‘Robin Hood’ en Italia o el retraso en el reconocimiento de costes a las energéticas de régimen especial en Portugal.

Según cálculos de Fitch, las ‘utilities’ aglutinan más de un 50% de la deuda corporativa viva de toda la Eurozona, lo que las convierte en el blanco más evidente de una posible rebaja de nota generalizada en todo el área de la moneda única. No obstante, nadie parece estar a salvo y los gestores ya advierten que, incluso en el mejor de los casos, las emisiones con rentabilidades próximas al ‘bono basura’ podrían entrar en sequía total en función de cuáles sean las próximas noticias que lleguen desde Atenas, donde la ‘troika’ vigila de cerca.

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