La reutilización de contenidos como estrategia de crecimiento y posicionamiento

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La reutilización de contenidos como estrategia de crecimiento y posicionamiento

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La Red también se reutiliza todo lo que se puede, quizá hasta se la saca más jugo a los recursos disponibles.

Si el reciclaje funciona a las mil maravillas en el mundo físico por qué no lo iba a hacer también en el mundo digital. Ejemplos de reutilización de materiales en el día a día hay para parar un camión: jabones caseros con aceite usado, cosméticos a base de café, muebles de cartón, complementos personales hechos con chapas, etc. Además, una vez se empieza a reciclar es un no parar, ya que el reciclaje despierta la creatividad y, por mucho que se resistan los amantes de lo nuevo, es una fuente inagotable de ideas para emprender.

En Internet pasa lo mismo, aunque el reciclaje siga otros procesos y tenga ciertas características propias del entorno digital. Pero al final en la Red también se reutiliza todo lo que se puede, quizá hasta se la saca más jugo a los recursos disponibles. Por eso no es raro leer un artículo tipo how to en la web de una empresa de cosmética explicando cómo maquillarse la cara para que te duela de lo bien que luce y, acto seguido, toparte en su canal de Youtube con una videoguía que trata exactamente de lo mismo. Este tipo de reciclaje digital es lo que se conoce como reutilización de contenidos.

Reciclar la información aporta calidad y eficiencia

Mientras que la despensa está llena de productos susceptibles de ser reciclados (café, aceite, latas de refresco, tetrabricks, botellas de plástico, etc), la Red está llena de información reciclable a través de los diferentes formatos en los que se pueden presentar los contenidos. Una guía puede ofrecerse como video, audio, infografía, podcast o texto, por ejemplo. La información es siempre la misma, pero con otra cara, solo que se ha reutilizado para sacarle el máximo provecho, de la misma forma que se guarda el pan duro para hacer migas.

Reutilizar un contenido es sinónimo de eficiencia, calidad y posicionamiento. Eficiencia porque se ahorra tiempo en el diseño y elaboración de contenidos relacionados, calidad porque se enriquece el proceso comunicativo con la variedad, y posicionamiento porque estamos aportando a los buscadores múltiples vías de acceso a la información. Eso sí, no se puede equiparar el reciclaje de la información con el plagio de contenidos propios o ajenos. Los atajos Ctrl+C y Ctrl+V hay que dejarlos aparcados y rehacerlo todo si no se quiere pasar del reciclaje a la burda copia sin valor.

¿Qué tipo de contenidos soportan mejor el reciclado?

Aunque a bote pronto cualquier contenido se puede catalogar como reciclable, hay algunos que se llevan mejor con el proceso de reciclaje. Quizá no tenga mucha importancia la discriminación de contenidos reutilizables para una empresa o web pequeña con poca andadura en el ciberespacio, pero para un medio veterano con un volumen de producción alto es vital. Una web con solera puede (y debe) valorar qué contenidos generan más visitas orgánicas para poner por delante el reciclaje de los mismos, poniendo especial atención a la categoría y el tipo de información suministrada.

Asimismo, el impacto en redes sociales es otro factor a tener en cuenta a la hora de colocar a los contenidos la etiqueta de ‘reutilizable’. En principio, si algo se comparte es carne de reciclaje, siempre y cuando el contenido sea interesante y resulte útil para los lectores/clientes. Asimismo, en las estrategias centradas en social media hay que tener en cuenta, junto con el grado de compartición, el número de likes y comentarios, especialmente si éstos aportan valor al contenido publicado o describen las necesidades de los usuarios.

También es interesante echar un vistazo a las búsquedas del momento, los trending topics en redes sociales y las tendencias concretas del nicho en el que se mueva la empresa. Saber de qué están hablando los internautas, qué están buscando en Google o qué tipo de contenidos están consumiendo es la brújula perfecta para orientar la máquina de reciclaje. Además, ahorra un montón de tiempo, dinero y trabajo incluso antes de meter la mano en el baúl de los recuerdos que puede llegar a ser una web antigua. Ciertamente, aventurarse en un océano de datos casi infinito siempre será más productivo si la dirección ya está marcada de antemano.

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