El camino de endurecimiento de la política monetaria que ya han iniciado los bancos centrales acabará provocando colapsos al ‘modo de Enron’ de muchas empresas que han entrado en el negocio de las energías renovables, según considera el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán.
En una entrevista concedida al Financial Times, Galán ha reflexionado que nuevos participantes no industriales y con poca experiencia en el sector están haciendo ofertas demasiado agresivas en los contratos de energías renovables, donde creen haber descubierto un nuevo ‘El Dorado’. “Debido a que el dinero es tan barato, mucha gente que no tiene talento en el sector ha venido con un nivel extremadamente alto de apalancamiento”, ha señalado al diario británico. “Con el cambio de los tipos, habrá una limpieza del sector”.
El presidente de Iberdrola, compañía que invertirá 32.000 millones de euros en los próximos cinco años, ha avisado de que “lo que pasó con Enron [podría volver a suceder]”. “Enron estaba muy apalancado… y no tenían talento como utility o como ‘traders’. Y qué sucedió, que desapareció”.
En ningún caso Galán acusa a estos nuevos participantes en el sector de las energías renovables -algunos de los cuales son fondos de capital privado o de infraestructura- de realizar prácticas de contabilidad falsa como las que llevó a realizar Enron. Sus reflexiones más bien van dirigidas a cómo el dinero barato les empujó a un negocio que no entendieron.
La advertencia de Galán se une a algunas voces que han mostrado también sus temores de que el endurecimiento de los tipos de interés acabe atrapando a inversores y accionistas muy apalancados. A finales del año pasado, el analista de JPMorgan Marko Kolanovic apuntó que el fin del dinero fácil corría el riesgo de provocar “una gran crisis de liquidez”. En la misma idea abunda el presidente de Iberdrola: “Los banqueros siempre dan paraguas cuando no llueve, pero cuando llueve, vuelven a pedirlo”.
Iberdrola obtuvo un beneficio neto de 2.804 millones de euros, un 3,7% superior al de un año antes, apoyada en el impacto positivo que tuvo en sus cuentas la reforma fiscal en EEUU (1.284 millones de euros) y la integración desde septiembre de neoenergía en Brasil, entre otros factores.
